PRESENCIA DE CADMIO Y PLOMO EN SUELOS Y SU BIOACUMULACIÓN EN TEJIDOS VEGETALES EN ESPECIES DE BRACHIARIA EN EL MAGDALENA MEDIO COLOMBIANO

 

Manuel José Peláez-Peláez1

John Jairo Bustamante Cano2

Eyder Daniel Gómez López3

 

Recibido el 28 de enero de 2015, aprobado el 16 de julio de 2015 y actualizado el 18 de mayo de 2016

 

DOI: 10.17151/luaz.2016.43.5

 

RESUMEN

 

En el Magdalena Medio colombiano confluyen dos actividades económicas: una ganadería intensiva y una consolidada industria petroquímica. Esta última  representa un potencial peligro para la Salud Pública, como consecuencia de la emisión de metales tóxicos (plomo y cadmio) que pueden incorporarse a la cadena trófica. Por ello se realizó un inventario de pasturas en esta región en función de la distancia (100, 500, 2500 y 5000 m) al foco emisor contaminante. Así se muestrearon en zonas próximas a la refinería de crudo (Barrancabermeja, Santander), en pozos de extracción (Yondó, Antioquía) y tomando como testigo el Campus académico de la Universidad de la Paz (Barrancabermeja, Santander). Los resultados obtenidos indican una alta frecuencia de representantes de la familia Poaceae y de sus géneros de Brachiaria spp., con importantes diferencias. La información se interpretó en los tres primeros componentes, donde las variables con mayor peso fueron la profundidad del suelo a 5 y 30 cm, tipo de pastura con predominio de las especies introducidas y el transecto en relación a la distancia focal de las fuentes de contaminación. Así, en la zona de la refinería solo se han detectado dos especies de Brachiaria, mientras que en la zona de los pozos de extracción y en la zona testigo se presenta mayor frecuencia de otras especies de Brachiaria. Se concluye que los mayores niveles de bioacumulación de metales en tejidos vegetales presentó el siguiente orden: raíz > tallo > hojas, a su vez la acumulación en suelo mostró ser mayor en la profundidad de 5 cm.

 

PALABRAS CLAVE

 

Estrés abiótico, contaminación antrópica, cadmio y plomo, Brachiaria spp.

 

PRESENCE OF CADMIUM AND LEAD IN SOIL AND ITS ACCUMULATION IN PLANT TISSUE IN BRACHIARIA SPECIES IN THE MIDDLE MAGDALENA COLOMBIAN

 

ABSTRACT

 

In the Middle Magdalena Colombian converge two economic activities: intensive livestock and a consolidated petrochemical industry. The latter represents a potential danger to public health, resulting from the emission of toxic metals (lead and cadmium) that can enter in the food chain. Therefore pasture inventory is performed in this region depending on the distance (100, 500, 2500 and 5000 m) to the emitting source contaminant. So they were sampled near the oil refinery (Barrancabermeja, Santander) in extraction wells (Yondó, Antioquia) and sampling as witness the academic campus of the Universidad de la Paz (Barrancabermeja, Santander) areas. The results indicate a high frequency of representatives of the Poaceae family and its genera Brachiaria, with important differences. The information was interpreted in the first three components, where the variables with more weight were soil depth to 5 and 30 centimeters, type of pasture with predominance of introduced species and transect relative to the focal length of the sources of pollution. Then, in the area of the refinery were detected only two species of Brachiaria, while in the area of the extraction wells and in the control area it is presented a higher frequency of other species of Brachiaria. It’s concluded that higher levels of bioaccumulation of metals in plant tissues presented the following order: root > stem > leaves, turn the accumulation in soil was found to be higher in the depth of 5 cm.

 

KEY WORDS

 

Abiotic stress, anthropic contamination, cadmium and lead, Brachiaria spp. 

 


 

INTRODUCCIÓN

 

La región del Magdalena Medio en Colombia, no solo es reconocida por sus actividades extractivas y de refinamiento de crudo. También es conocida por sus vocaciones ganaderas especialmente bovinas y caprinas, con enlaces comerciales de la cadena de cárnicos en buena parte del país. Los agroecosistemas predominantes son las pasturas tropicales, que se caracterizan por una alta población de gramíneas, especies que se han adaptado a estos suelos metalíferos con un alto contenido de aluminio (Casierra-Posada, 2001). Sin embargo, no son muchos los trabajos donde se mencionen los niveles de acumulación de metales pesados tóxicos, presentes en estas poblaciones vegetales y su significado ecológico-funcional en el trópico, en la medida que relacione estrés y adaptación, en referencia a niveles de organización, gradientes ambientales, tolerancia y adaptación (Sullivan, 1999).

 

La contaminación ambiental generada por explotación de un recurso no renovable, como es el petróleo, ocasiona una alta emisión de tóxicos como los metales pesados que con el paso del tiempo afectan la sanidad de diferentes agroecosistemas con repercusiones en toda la red trófica (Sánchez-Cardo et al., 2007; Hernández y Pastor, 2008). Estas industrias extractivas originan persistencia y acumulación de metales pesados como cadmio (Cd), cromo (Cr), plomo (Pb), vanadio (V), zinc (Zn), mercurio (Hg) y molibdeno (Mo), entre otros, en suelos y en poblaciones animales y vegetales.

 

Pese a señales que nos envían indirectamente investigadores de las ciencias animales como Hernández (1997) y Martínez et al. (2013), quienes han proporcionado información que relaciona cambios observados en los sistemas de producción animal de esta región como consecuencia de la acumulación de metales pesados (Cd, Mo, Zn) en órganos y tejidos como hígado, riñón, músculo, piel y sangre, que están por encima de los límites permisibles en la normativa internacional (Alcocer et al., 2007; Madero y Marrugo, 2011).

 

Las pasturas de Brachiaria spp. fueron introducidas, mejoradas y liberadas por los sistemas de disciplinas de mejoramiento genético de centros de investigación tanto nacionales como internacionales, por sus excelentes cualidades forrajeras, como la tolerancia a estreses bióticos como plagas y patógenos infecciosos desencadenantes de enfermedades. Sin embargo, el fitomejoramiento tuvo como blanco adaptar pasturas de trópico a estreses abióticos determinantes de enfermedades fisiológicas; entre los agentes causantes de este tipo de problemas se mencionan: sequías, déficit nutricional por baja fertilidad de los suelos, toxicidad por aluminio, pH de suelos bajos desde ácidos a extremadamente ácidos, y  en ocasiones excesos de humedad (Canchila et al., 2010).

Con la presente investigación se pretende, por un lado, estimar la frecuencia de pasturas tropicales como Brachiaria en la región, adaptadas a suelos metalíferos, complementada con índices de diversidad biológica en corredores aledaños a explotaciones y refinerías petrolíferas. De esta manera, se pretende comprobar si existe una relación entre la presencia de metales pesados como cadmio y plomo en la capa superficial del suelo y la respuesta de especies de pasturas. En segundo lugar, teniendo en cuenta las distintas especies de la pastura tropical Brachiaria se determinaron los contenidos de cadmio y plomo en diferentes tejidos de estas plantas.

 


 

METODOLOGÍA

 

Localización. El estudio se llevó a cabo en los municipios de Yondó y Barrancabermeja en el Magdalena Medio colombiano (fase de campo) y en la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira, se cumplió la fase de laboratorio (fase analítica).

 

Estimación de frecuencias de Brachiaria en campo y sus contenidos bioacumulados de cadmio y plomo, en raíz, tallo y hojas de estas plantas. Toma de muestras y procedimiento experimental. Se tomaron muestras de las plantas y del suelo durante la estación seca (junio de 2013) de tres zonas y a diferentes distancias del punto emisor. Las zonas de muestreo tomaron como punto central la refinería de Ecopetrol, en el Centro (Barrancabermeja, Santander) así como los pozos de extracción de Casabe (Yondó, Antioquia), y como zona testigo (supuestamente exenta de contaminación) los predios de la Universidad de la Paz –Unipaz– (vereda El Zarzal, Barrancabermeja), y a distancias (transectos) de 100, 500, 2500 y 5000 m.

 

En cada lugar de muestreo se tomó suelo a dos profundidades distintas (5 y 30 cm), siendo cada sitio debidamente georreferenciado.

 

Para determinar la posible presencia de metales pesados, se realizaron análisis de suelo y de los diferentes tejidos vegetales que componen los pastos (raíz, tallo y hojas) recolectados por triplicado para cada punto del transecto. Se analizaron los diferentes tipos y usos del suelo en la finca y los límites que estos suelos tienen dentro del paisaje para definir las unidades y subunidades de muestreo (pendiente, material parental, uso, manejo) (Rossi et al., 2006). Se buscó siempre que las muestras fueran preferiblemente homogéneas en cada agroecosistema y que estuviera determinado por paisaje de pastura tropical, siguiendo los criterios de Halffter et al. (2005). Las muestras de suelo fueron tomadas siguiendo las recomendaciones de Brady y Wheil (2008), buscando que estas muestras de suelo fueran a su vez un componente de varias submuestras tomadas aleatoriamente en el campo. El tamaño de la muestra ideal en el transecto se estableció con un nivel de seguridad del 95%, con precisión igual al 3%, y un p≤0,05.

 

La intervención antrópica fue estimada por la presencia de metales contaminantes que se encontraron en los corredores propios de los 12 sitios inventariados, en sus niveles de vegetación y en el uso de suelo agrícola. El cadmio y el plomo se determinaron en las muestras de suelos tomando aproximadamente un kg de tierra con la ayuda de un “corer” metálico, a una profundidad de 5 y 30 cm, para hacerle el análisis químico analítico. La muestra se extrajo de varias partes del suelo donde se había evidenciado la presencia de bovinos pastoreando. El material edáfico se empacó en bolsas plásticas secas, se sellaron y se procesaron en el Laboratorio de Fisiología Vegetal, utilizando un espectrofotómetro de absorción atómica (marca Varian Spectra AA 20FS) utilizado para la determinación de los metales, el cual está equipado con una lámpara de cátodo hueco, apropiada para cada elemento, y una lámpara de deuterio para la corrección de fondo. Las condiciones analíticas para la cuantificación de los metales totales mediante la técnica EAA de llama. La longitud de onda utilizada fue la recomendada para cada elemento, de manera que se obtuvo una mayor sensibilidad, reportando valores expresados en mg/kg (ppm) para cada metal.

 

Los estudios de diversidad ecológica para medir el impacto de la contaminación metalífera se hicieron con base en los indicadores de Simpson y Shannon-Wiener (1949), sugeridos por Magurran (2004), mediante las siguientes expresiones matemáticas:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El estudio exploratorio, que determinó componentes estructurales de la población vegetal de Brachiaria que estuviera presente y que suministrara los indicadores de frecuencia absoluta y relativa para cada sitio, se realizó con base en el uso de una escuadra entomológica de 1 m2 adaptada para este fin de muestreo de pasturas, la cual fue lanzada en 10 sitios. La frecuencia de las especies de Brachiaria se determinó mediante método de los cuadrantes anidados, recomendados por Peláez (2013), que consiste en analizar mediante screening sesiones rectangulares al interior de la escuadra, donde se recuenta el número de especies siguiendo un orden de similitud y disimilitud.

 

Análisis de la información

 

Para determinar la frecuencia de las 31 especies de Brachiaria pertenecientes a siete géneros adaptadas a las zonas de contaminación, se realizaron con base en análisis descriptivos teniendo en cuenta el nivel de bioacumulación en los universos suelo y tejidos vegetales, mediante gráficas apiladas donde en cada área de los rectángulos se representó la proporción en cantidad, haciendo fácilmente la comparación por transectos y zonas para la elaboración de los cuadros clínicos explicativos.

 


 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

Las zonas motivo del estudio donde se determinó las frecuencias de pasturas tropicales adaptadas a suelos con presencia de los metales pesados cadmio y plomo, en las inmediaciones a la estatal petrolera en el Magdalena Medio colombiano, mostraron en concordancia con “las zonas”  que en dichos corredores ecológicos existe una alta inversión en semovientes, tanto en los pozos como en la refinería (Figura 1a y 1b), caracterizados con suelos pobres en nutrientes, con bajos contenidos sobre todo de fósforo, siendo este nutriente muy poco aprovechable por las pasturas establecidas en estos suelos extremadamente ácidos (Canchila et al., 2010), posiblemente por malas prácticas agrícolas, sumados a presencia de suelos con altos contenidos de plomo y cadmio, por encima de los niveles máximos permisibles para suelos agrícolas.

 

 

 

 

En la Figura 2 se presenta la frecuencia de las siete especies del género Brachiaria detectadas en los 12 lugares explorados, teniendo en cuenta en primer lugar la zona de estudio (refinería, pozos de extracción y zona testigo), en segundo lugar los transectos o distancias al posible foco de contaminación (100, 500, 2500 y 5000 m) y en tercer lugar las diferentes especies de pasturas, mostrando cómo se agrupan estas especies de acuerdo al grado de contaminación. Es importante destacar que en la zona de la refinería se agrupaban en todos sus transectos solo dos especies, dominadas por B. decumbens, alternando esta zona con B. humidicola y B. brizantha. En la zona de los pozos de extracción y en la zona testigo se presenta mayor frecuencia de otras especies de Brachiaria.

 

 

 

En las tablas 2, 3 y 4 aparecen los datos totales de metales pesados de los contenidos acumulados en suelo, y de los bioacumulados en tejidos vegetales discriminados por componente, para cada zona o corredor ecológico y por transecto (100, 500, 2500 y 5000 m), asimismo las tablas presentan las referencias comparativas de los niveles máximos permisibles y tóxicos para suelos de uso agrícola y para cultivos. Es importante anotar que, en esta investigación, el pasto se tomó como cultivo al no existir en la literatura referencias específicas en pastizales.

 

Asimismo, se ilustran los valores de Cd y Pb (en mg/kg) encontrados en los suelos muestreados en función de la variable distancia horizontal y distancia vertical tomado como profundidades a 5 y a 30 cm.

 

En estas zonas de refinería y de pozos de exploración en el Centro (Barrancabermeja) y Casabe (Yondó), una vez que emiten estos metales tóxicos se bioacumulan en estas poáceas y pueden permanecer en el ambiente durante muchos años (Arroyave y Araque, 2010). Además, su concentración en los seres vivos aumenta a medida que son ingeridos por otros, por lo que la ingesta de plantas o animales contaminados puede provocar síntomas de intoxicación, como lo reportado en los trabajos de Martínez et al. (2013) para esta región.

 

Este estudio corrobora el dominio de las especies de Brachiaria en los tres corredores. Las razones de esta predominancia son su mejor adaptación a condiciones estresantes, como puede ser la sequía para B. humidicola (Borgues et al., 2012), suelos inundados para B. arrecta (Jiménez et al., 2010), suelos pobres y ácidos para B. humidicola, B decumbens y B. mulato (Canchila et al., 2010), y por último toleran una alta resistencia a cargas animales: B. humidicola y B. brizantha (Lascano et al., 2002).

 

Las fincas que hicieron parte del estudio presentaron una textura franco-arenosa, una acidez entre 4,2 y 4,9; baja fertilidad del suelo, con saturación de aluminio (desde trazas hasta 83%), donde otros pastos no crecen. Además, dichas pasturas son muy tolerantes a suelos húmedos y encharcados, alternados con sequías cortas, frecuentes históricamente para esta región interandina donde las precipitaciones pueden oscilar desde áreas secas hasta húmedas, caracterizadas por alturas entre 0 hasta 800 msnm, con precipitaciones de 1.000 a 4.000 mm anuales.

 

Las pasturas de trópico bajo, introducidas como Brachiaria, han mostrado tolerancia por estos ambientes metalíferos, por consiguiente la frecuencia de este tipo de pastura puede considerarse una amenaza para la biodiversidad, que conlleva a la pérdida de numerosas arvenses nativas que prestan un servicio ambiental, lo cual es evidente en las zonas donde se desarrolló este estudio (Esquivel, 2007). Los índices ecológicos de diversidad presentados en la Tabla 1, ilustran cómo dos componentes (número de especies o riqueza de especie y la abundancia o equilibrio de especie) son impactadas por los efluentes a menor distancia de los focos de contaminación (Baker y Walker, 1990). Algunos autores como McPeek (2007), afirman que hay una relación directa entre diversidad y número de especies, respondiendo a un modelo logarítmico, en el cual,  los indicadores de diversidad podrían modificarse en escalas cortas de tiempo con pocas especies.

 

 

 

La presente investigación mostró la pobreza de comunidades florísticas como resultado de una fuerte fluctuación en el número de especies, con respecto a la zona testigo que presentó los mayores números de individuos (tanto en número total de plantas, como en número de especies) (Tabla 1).

 

En el análisis de estas variables de relaciones cualitativas y cuantitativas, de causa-efecto que se dan entre las poblaciones vegetales y su entorno, esto no es un proceso a corto tiempo, ya que es preciso que las plantas condicionen sus estructuras anatómicas y morfológicas a la situación de estrés (Lasat, 2000).

 

En los campos de la refinería los transectos de 100 y 500 m presentaron el mayor gradiente de contaminación de plomo en las hojas. Para el caso del Cd en los tallos la bioconcentración más alta se presentó tanto en la refinería como en la zona de los pozos (Tabla 2). El metal pesado Cd bioacumulado en las raíces presentó los mayores gradientes en los transectos más distantes en relación a los otros dos componentes, tallo y hojas, coincidiendo con lo expresado por Lozano-Rodríguez et al. (1997).

 

 

 

En Casabe se presentaron los mayores bioindicadores de concentración de plomo para todas las especies, en los transectos y corredores presentando gradientes de concentración mayores a distancias cortas en relación a las fuentes de contaminación, siendo estadísticamente significativos los efectos en la bioacumulación de Pb en las hojas, con un 95,0% de nivel de confianza (Tabla 3).

 

Todo lo anterior nos puede indicar que en estas especies posiblemente la bioacumulación se mantenga en casos de existir fuentes de contaminación, y que preferiblemente se acumulan en las raíces. En el caso de las hojas y de los tallos, presentaron menor bioacumulación en los transectos distantes del foco 2500 m, se puede dar bioacumulación por encima de 0,2 ppm, lo cual podría generar problemas de biomagnificación en las cadenas trópicas (Becerril et al., 2007).

 

 

 

En el caso del plomo se aprecia cómo este metal se bioacumula preferentemente en las raíces, y después en los tallos, a concentraciones muy altas, lo que coincide con las investigaciones realizadas por Ruiz y Hernández (2012) en maíz, donde concluyen que las altas exposiciones de las plantas de maíz a elementos como Cu y Pb, reducen significativamente su crecimiento y ocasionan una rápida inhibición en el desarrollo de las raíces.

 

En las hojas esta bioacumulación es menor y solo es considerable en la zona muestreada a 100 m de la refinería (Tabla 2). El efecto disminuye con la distancia, no obstante, para el caso del metal Cd no hay decremento notorio. A su vez, para el caso del Pb en las raíces solo en los transectos por encima de los 2500 m comienza a disminuir el problema. Sin embargo, este metal aunque persiste en los tallos, no alcanza valores de bioacumulación importantes en las hojas; posiblemente esto denota la poca movilidad de este metal, lo cual coincide con lo explicado por Leung et al. (2007).

 

Agroecosistemas estables, no aledaños a industrias pesadas como el corredor control de esta investigación (predios de la Universidad de la Paz) (Tabla 1 y Tabla 4), pueden presentar niveles imperceptibles de contaminación ya que son solamente presionados por las rutinas agrarias como la fertilización y la aplicación de pesticidas, que para el caso de las pasturas en Colombia, se utilizan poco; aunque debería tenerse en cuenta que sí se presentó un importante tráfico de vehículos (en algunos casos hacia las zonas petroleras), por lo que en realidad ésta es una zona de transición. Todo ello quiere decir que los índices no detectan efectos de contaminantes en bajas concentraciones, mientras los valores medios pueden pasar desapercibidos respecto a las variaciones aleatorias de la comunidad y del muestreo (Villanueva et al., 2008).

 

Esto coincide con lo hallado por Carrillo-González (2005) y Carrillo-González y González-Chávez (2006), quienes detectaron niveles relativamente bajos de metales pesados en las zonas de transición en agroecosistemas cercanos a explotaciones mineras en México. Solo cuando las variables ambientales son grandes los índices sí están en capacidad de reconocer las alteraciones sobre la comunidad como se observó en el corregimiento del Centro (llamado aquí refinería). En el caso de Yondó (pozos) (Tabla 3), sus valores medios no permitieron reconocer la fase inicial del deterioro del ecosistema natural y la contribución del agroecosistema pastoril por sí mismo (Nedelkoska y Doran, 2000), donde estos géneros han sido exitosos ante las situaciones de presión ambiental que les ha rodeado (Boularbah et al., 2006).

 

 

 

Como consecuencia de estos resultados, podemos señalar que se expone un potencial problema ambiental con repercusiones en la Salud Pública de vegetales, animales y de humanos (Peláez-Peláez, 2013). En estas zonas de refinería y de pozos de exploración en el Centro (Barrancabermeja) y en Casabe (Yondó), una vez que se emiten estos metales tóxicos al medio, se bioacumulan en estas poáceas y pueden permanecer en el ambiente durante muchos años (Arroyave y Araque, 2010). Además, su concentración en los seres vivos aumenta a medida que son ingeridos, por lo que la ingesta de plantas o animales contaminados puede provocar síntomas de intoxicación, aunque es mucho más importante su acumulación en vísceras y músculo y su incorporación a la cadena trófica, tal como ha sido reportado por Martínez et al. (2013) en esta región.

 


 

 

CONCLUSIONES

 

En el Magdalena Medio colombiano confluyen actividades industriales y agropecuarias, que arrojan al ambiente metales tóxicos como plomo y cadmio, que contaminan los suelos y agroecosistemas de pastura tropical con dominancia de las especies Brachiaria, especialmente humidicola y decumbens, las cuales se muestran como tolerantes a estos ambientes metalíferos, presentando altos contenidos de estos metales en sus estructuras vegetales, principalmente en las raíces.

 

Quedó demostrada la adaptación de las pasturas Brachiaria a estos suelos con persistencia alta de metales pesados en sus primeros 5 cm. Por consiguiente, estas plantas presentan bioacumulación de Cd y Pb sobre todo en sus sistemas radicales.

 


 

AGRADECIMIENTOS

 

Se agradece al Laboratorio de Fisiología Vegetal de la Universidad Nacional de Colombia - sede Palmira, y al Laboratorio de Control de Calidad de la Universidad de Pamplona (Norte de Santander, Colombia).

 


 

POTENCIAL CONFLICTO DE INTERESES

 

No hay ningún tipo de conflicto de intereses respecto a la publicación de este artículo, el cual es elaborado a partir de la tesis de Doctorado del autor, Manuel José Peláez Peláez, con la dirección del Ph.D. Eyder Gómez López y del Ph.D. Fánor Casierra Posada.

 


 

 

FUENTES DE FINANCIACIÓN

 

La presente investigación se realizó bajo el auspicio del proyecto de investigación: “Determinación de residuos de metales pesados en el suelo, plantas, agua y tejidos de bovinos expuestos en áreas de alto grado de contaminación y detección de puntos críticos para su control”, ejecutado por los grupos de investigación Agricultura y Ganadería Sostenibles (GIAS) y Ciencias Animales (GICA), de la Universidad de Pamplona (Norte de Santander, Colombia), cofinanciado por Colciencias.

 


 

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·         Villanueva, C., Ibrahim, M., Ríos, J. y Suárez, J.C. (2008). Disponibilidad de Brachiaria brizantha en potreros con diferentes niveles de cobertura arbórea en el trópico subhúmedo de Costa Rica. Zootecnia Tropical, 26(3), 293-296.

 


 

 

1. Ingeniero Agrónomo. Magister en Fitopatología. Doctor en Ciencias Agrarias, énfasis protección de cultivos. Docente Investigador, Universidad Nacional de Colombia – Sede Palmira. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0003-1024-6410

 

2. Médico Veterinario. Esp. Docencia Universitaria. Doctor en Medicina y Cirugía Animal. Docente Asociado Universidad de Pamplona. Grupo de Investigación en Ciencias Animales. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0003-3960-5659

 

3. Ingeniero Agrónomo. Magister en Suelos. Doctor en Biotecnología. Docente Investigador, facultad de ciencias agropecuarias, Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0002-5892-5722

 

 

Para citar este artículo: Peláez-Peláez, M.J., Bustamante J.J. y Gómez-López, E.D. (2016). Presencia de cadmio y plomo en suelos y su bioacumulación en tejidos vegetales en especies de Brachiaria en el Magdalena Medio colombiano. Revista Luna Azul, 43, x-x. Recuperado de http://200.21.104.25/lunazul/index.php?option=com_content&view=article&id=194

 


 

 

 Este obra está bajo una Licencia de Creative Commons Reconocimiento CC BY   

PERCEPCIONES Y RECONOCIMIENTO LOCAL DE FAUNA SILVESTRE, MUNICIPIO DE ALCALÁ, DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA, COLOMBIA

 

Narli Johana Aldana Mejía1

Mónica Díaz Porres2

Alexander Feijoo Martínez3

Heimar Quintero4

 

Recibido el 19 de mayo de 2015, aprobado el 7 de julio de 2015 y actualizado el 16 de mayo de 2016

 

DOI: 10.17151/luaz.2016.43.4

 

RESUMEN

 

En los Andes centrales de Colombia se documentaron las percepciones y reconocimiento local de aves, mamíferos, anfibios y reptiles. Se entrevistó a campesinos con edad superior a 30 años para situar áreas de hábitat y reconocer especies en usos y coberturas del terreno. El reconocimiento de los agricultores se tradujo por los investigadores-mediadores en la formulación de categorías taxonómicas con visitas a los predios, avistamiento y la ayuda de guías de campo. Se reconocieron 168 especies: 103 de aves, 31 de mamíferos, 17 de anfibios y 17 de reptiles. Cuatro Análisis de Componentes Principales relacionaron la mayor competencia de campesinos para reconocer y percibir aves, mamíferos, anfibios y reptiles con diferencias significativas en los usos del terreno (valor p < 0,01, prueba Monte Carlo); se separaron las especies de aves para uso directo y hábito alimentario; mamíferos para uso directo e indirecto; se agruparon los reptiles con valor de uso comercial, ornamental, artesanal y cacería. Las aves fueron las de mayor presencia en los usos y coberturas del terreno (frutales, 47,5%; platanal/bananal, 45%; cafetales con sombrío, 40%). Se confirmó la necesidad del encuentro con los repertorios culturales locales para potenciar la política pública de conservación de la diversidad biológica y la asociación de la calidad de los hábitats para la fauna silvestre con los estilos de agricultura de la localidad.

 

PALABRAS CLAVE

 

Conocimiento local, etnozoología, usos terreno, valor uso, fauna silvestre.

 

WILDLIFE PERCEPTION AND RECOGNITION IN THE MUNICIPALITY OF ALCALÁ, DEPARTMENT DEL VALLE DEL CAUCA, COLOMBIA

 

ABSTRACT

 

To document the perception and recognition of local bird, mammal, amphibian, and reptile species, located in the Central Andes of Colombia were selected. Farmers aged 30 years and older were interviewed to identify areas of habitat, species, and land use coverage. The local recognition made by the local farmers was translated by researchers into taxa, complemented with visits to farms, sightseen, and with the help of field guides. Overall, 168 species were documented of which 103 corresponded to birds, 31 to mammals, 17 to amphibians, and 17 to reptiles. The results of four principal component analyses show that the local farmers are capable of recognizing and perception birds, mammals, amphibians, and reptiles, with significant differences in land uses (p < 0.01, Monte Carlo test). Bird species were grouped according to direct use and eating habits; mammals were grouped according to direct and indirect use; and finally reptiles were grouped according to use as commercial, ornamental, artisanal, and hunting. Birds ranked highest in presence in all land uses and such land covers (fruit trees, 47.5%; plantain and banana plantations, 45%; shade-grown coffee, 40%). The needs for meetings and the acquisition of local cultural repertoires to improve governmental policies regarding biodiversity conservation and to relate wildlife habitat quality with local farming systems was confirmed.

 

KEY WORDS

 

Local knowledge, ethnozoology, land use, use value, wildlife.

 


 

INTRODUCCIÓN

 

Los efectos deliberados-involuntarios de la ocupación humana del territorio hacen emerger hábitats de diferente calidad para otras formas de vida según la intensidad y frecuencia de la perturbación (Hobbs et al., 2006; Marshall, West y Kleijn, 2006). Cuando el paisaje resultante se estructura como mosaico en el que alternan parches de vegetación secundaria con parcelas de cultivo, ofrece a la vida silvestre hábitats para refugio, nidificación y creciente oferta de alimento (González, 2003a).

 

En el municipio de Alcalá (Valle del Cauca, Colombia) durante la última década del siglo XX se incrementó la superficie ocupada por los cultivos en surco continuo y a plena exposición solar de café variedad Colombia, disminuyeron los montes maduros (selva andina secundaria) y solo quedaron relictos de selva, parches de guadua en orillas de quebradas. Entre 1995 y 2002, la crisis fitosanitaria y de mercado obligaron a los empresarios a reducir los cafetales y aumentar los monocultivos como maíz y fríjol, plátano y el pastizal (Cynodon nlemfuensis) para cría de bovinos (Zúñiga, Feijoo y Quintero, 2003, 2004). Algunos agricultores conservaron el cafetal con sombra asociado con yuca, plátano, frutales y cítricos y en ocasiones aisladas con árboles maderables (nogal cafetero y laurel), y también conservaron relictos de vegetación secundaria a orillas de las quebradas (Zúñiga et al., 2003, 2004; Feijoo et al., 2007; Feijoo et al., 2011). En la actualidad el paisaje rural del municipio se caracteriza por combinar cafetales con sombrío o a libre exposición solar, platanales, pastizales o mezclas de ellos, con pequeños parches de vegetación secundaria a orillas de corrientes hídricas. Aunque estos espacios pueden generar lugares hostiles o amigables para la biodiversidad (Ruiz-Cobo, Feijoo y Rodríguez, 2010; Feijoo et al., 2010), no se ha construido la información que diferencie los refugios propicios o hábitats más amigables para la conservación de la biodiversidad faunística, resultantes como efecto no buscado de la colonización de los Andes del centro de Colombia.

 

El enfoque de conservación de la biodiversidad como responsabilidad nacional y supranacional comienza a ser complementado por la perspectiva de que el manejo de la diversidad biológica representa una oportunidad para comprender las necesidades, prioridades, percepciones, sistemas de conocimiento locales y para alentar el compartir del diálogo de saberes (Sheil et al., 2006). La valoración de los conocimientos, percepciones y prácticas de los agricultores es esencial para desarrollar estrategias de manejo local que incluyan las aspiraciones de ellos (Nyeko et al., 2002).

 

Para abordar los interrogantes o las estrategias para construir la comunicación entre la dupla investigador-campesino, se precisa considerar la colaboración de los actores locales en la identificación, ecología, conservación, valoración y usos de la biodiversidad (Sheil y Lawrence, 2004), así como consolidar medios de evaluación que mejoren la gestión local de los recursos naturales y la conservación (Charnley, Paige y Jones, 2007; Millington et al., 2010) y contribuir con programas de educación ambiental que incorporen la etnozoología (Zúñiga et al., 2013).

 

Las aves, mamíferos, anfibios y reptiles por su visibilidad macroscópica tienen representación simbólica en los repertorios culturales de las localidades, esto es, en costumbres, restricciones sociorreligiosas, en mitos y cosmovisiones. Los agricultores valoran las especies de acuerdo con características, funciones, el manejo de los recursos (Millington et al., 2010) y las formas culturales de interactuar dentro del medio. Las culturas humanas, los sistemas de conocimiento, religiones, valores patrimoniales, interacciones sociales y servicios, siempre han sido influenciadas y moldeadas por las condiciones de los ecosistemas en los que se basa la cultura (MEA, 2005a, 2005b). Al mismo tiempo, la gente siempre ha ayudado a configurar el entorno para mejorar la disponibilidad y valoración de los recursos (Tengberg et al., 2012; Zúñiga et al., 2013), hechos que se asocian con el proceso de aprendizaje, que producen conocimiento o experiencia sobre el entorno, y que se denomina percepción, la cual depende del actuar del individuo en su contexto (Durand, 2008), permite la comprensión mutua y forma valores (Tuan, 1974), se desarrolla conocimiento (De Albuquerque y De Albuquerque, 2005), cambia nuestra realidad (Zúñiga et al., 2013), y lo que percibimos es función directa de la forma en que actuamos y, por lo tanto, el conocimiento obtenido a través de la percepción directa es lo práctico, es el conocimiento de lo que ofrece el ambiente para la prosecución de la acción en la que el perceptor se involucra (Ingold, 2000).

 

A partir de las consideraciones anteriores se formuló la siguiente hipótesis:

 

-El conocimiento de la riqueza de especies de la macrodiversidad de animales vertebrados en los Andes del centro de Colombia se puede reconocer, valorar y usar mediante la estrategia de documentar las percepciones de los actores de las localidades.

 

En el trabajo se propuso como objetivos: documentar las percepciones y el reconocimiento de aves, mamíferos, anfibios y reptiles en el repertorio cultural de la localidad, y diferenciar los usos del terreno como amigables y hostiles para la vida silvestre según la intensidad de uso del terreno.

 


 

MATERIALES Y MÉTODOS

 

Área de estudio

 

El área de estudio se localizó en el municipio de Alcalá en Colombia (4º43’18,25” Norte, 75º51’22,91” Oeste y 4º38’56,85” Norte, 75º42’11,94” Oeste) situado en la vertiente occidental de la Cordillera Central de los Andes (Figura 1). El trabajo de campo se llevó a cabo entre diciembre de 2004 y agosto de 2005. El clima de la región se caracteriza por dos temporadas secas (diciembre-febrero y junio-agosto) y dos de lluvias (marzo-mayo y septiembre-noviembre). El área varía en altitud (900-2000 msnm), precipitación anual (1350-2400 mm), temperatura (18-24°C) y humedad relativa (65-80%). En el estilo de agricultura campesina se combinan el uso de prácticas tradicionales y producción diversificada con introducción de cultivos semestrales, semipermanentes y cría de animales que abastecen la subsistencia de las familias; en las fincas se destina parte del terreno para favorecer el crecimiento de vegetación secundaria y conservar las márgenes de las quebradas y ríos con vegetación típica de las áreas. En fincas empresariales se han introducido técnicas intensivas y uso de insumos de síntesis química, o sembraron el terreno en los últimos 15 años con pastizales o cultivan variedades mejoradas de café, yuca, plátano o combinaciones de cultivos en surco (Feijoo et al., 2011).

 

En el paisaje se situaron seis ventanas al azar de 1 km2 de cobertura con 16 puntos georreferenciados cada 200 m (Feijoo et al., 2011), que permitieron la selección de 51 fincas en nueve veredas, en las que se realizaron entrevistas a campesinos de sexo masculino, con edad superior a los 30 años (Tabla 1). Para realizar el trabajo detallado se escogieron 18 predios de propietarios o administradores con base en el tiempo de permanencia en la finca, el saber relacionado con la fauna silvestre y el tamaño de muestra (Daniel, 1996) estimada con las fórmulas:

 

                                                  

 

donde: no = tamaño de la muestra sin ajustar (27,23); n = tamaño de la muestra efectiva (17,75 = 18); N = población total (51); P = probabilidad de ocurrencia del evento (50%); Q = probabilidad de no ocurrencia del evento (1-P) (50%); z = nivel de confianza del estudio (88,5% Z = 1,20036); d = porcentaje de error (11,5%).

 

Las fincas se visitaron cada ocho o 15 días (15 a 20 visitas, durante nueve meses), de acuerdo con la disponibilidad de tiempo de los agricultores y se recopiló la información con métodos cualitativos (Deslauriers, 1991) con énfasis etnográfico (Guber, 1994). El medio de acercamiento y recolección de datos fue la entrevista semiestructurada que permitió indagar acerca del conocimiento local, las percepciones y las actitudes de los agricultores con relación al ambiente, situar áreas de hábitat y reconocer las especies en los usos y coberturas del terreno de las fincas (cacaotal, cafetal con sombrío, platanal/bananal, yucal, maizal, caña panelera, frutales, pastizal; relicto de vegetación secundaria; cuerpos de agua tales como quebradas, nacimientos y humedales; guaduales). El intercambio se estableció a partir de la construcción de lazos afectivos entre las personas, el lugar y el ambiente en el que moran, para determinar por medio de las percepciones, las características y registros de los espacios para agricultura y lugares de afluencia de la fauna silvestre. 

 

 

 

  

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Se partió de preguntas básicas individuales: cuántas especies, cómo se diferencian, dónde se encuentran, qué características presentan, cómo valoran y usan la fauna silvestre. Las respuestas fueron evaluadas para reconfigurar las preguntas y construir nuevos interrogantes que ayudaran a comprender lo que se pretendía y cómo el agricultor modifica el sentido de la investigación. Posteriormente se usó la redundancia en las preguntas cómo método que permitiera entender el significado, reconocer cómo lo percibimos, cómo se estructura, valora y usa desde lazos afectivos entre las personas (agricultores y expertos), para identificar en el conocimiento específico, las imágenes y las actitudes que una persona adquiere de su relación entre el entorno y las cosmovisiones (Zúñiga et al., 2013).

 

Los 18 agricultores se reunieron en tres talleres comunitarios para confirmar la presencia de aves, mamíferos, anfibios y reptiles en los diversos usos y coberturas del terreno. Se utilizó el Método de Distribución de Piedritas (MDP) (Sheil et al., 2003) para determinar la importancia de los mismos en las fincas como hábitats para la biodiversidad, afianzar y refrendar los registros obtenidos en las entrevistas individuales. En el mismo se confirmó la distribución de 1 a 100% de aves, mamíferos, anfibios y reptiles reportados por los campesinos para cada uso del terreno. Estos se representaron con tarjetas ilustradas, dibujos de mamíferos, aves, reptiles y anfibios, las cuales se asignaron a tres grupos de seis personas, para establecer las asociaciones de acuerdo con la presencia/ausencia de animales. El reconocimiento local de los organismos por los agricultores se tradujo por los investigadores-mediadores en categorías taxonómicas (Reino, Phylum, Orden, Familia, Género y Especie) con la ayuda de guías de campo para aves, mamíferos, anfibios y reptiles y un listado de 190 especies distribuidas entre 900 y 1.600 msnm en el Eje Cafetero colombiano (Hilty y Brown 1986; Emmons, 1991; Caicedo, 1994).

 

La información de las entrevistas individuales, los talleres para reafirmar el conocimiento de los agricultores y las observaciones de los expertos en campo, se ordenaron en bases de datos de doble entrada con registros cuantitativos de presencia/ausencia de la especie, avistamientos en fincas y, además, registros organizados de acuerdo con dos categorías: a) uso directo: consumo (alimento, medicina), producción (artesanal, ornamental, comercio), científico (investigación), recreacional (cacería, observación, turismo); y b) indirecto: cultural (mitos y rituales, arte y literatura, pedagógico, negativo) y benéfico (McNeely et al., 1990; Tobasura, 1996; Swift, Izac y Noordwijk, 2004; MEA, 2005a, 2005b).

 

Se utilizó Análisis de Componentes Principales (ACP) debido a la procedencia multivariada de los datos provenientes del reconocimiento, distribución en las coberturas y usos del terreno, valoración y uso de aves, mamíferos, anfibios y reptiles, lo que posibilitó transformar el conjunto de variables cuantitativas o discretas en otro nuevo (componentes principales) con funciones lineales de los registros, ortogonales, independientes unas de otras. La variación total entre componentes principales fue igual a la variación total de los datos originales de manera que las diferencias entre ellas no se pierden en la transformación, y la varianza asociada con cada nueva variable se ordenó en forma decreciente (Vargas, 1984).

 

Para cumplir con el propósito se hicieron cuatro ACP: el (i) se realizó con los registros de aves, mamíferos, anfibios y reptiles, el (ii) para aves, el (iii) con mamíferos y el (iv) con reptiles. En cada uno de ellos se determinó el conocimiento local relacionado con la capacidad para diferenciar especies de acuerdo con el territorio que ocupan (fincas), la distribución e identificación de asociaciones entre usos y coberturas del terreno y valores de uso directo e indirecto. Además, se hizo análisis discriminante, mediante el uso de la prueba de permutación (Monte Carlo) para calcular la inercia total de las interclases para cada distribución al azar de las especies con los valores de uso, y medir la distancia matemática de las especies de animales y los valores de uso (Velásquez et al., 2005). Los análisis estadísticos se realizaron con el programa ADE4 (Thioulouse et al., 1997).

 


 

RESULTADOS

 

Valoración y reconocimiento local de aves, mamíferos, anfibios y reptiles

 

El trabajo conjunto entre investigadores y las comunidades locales arrojó el reconocimiento de 168 especies de fauna silvestre: 103 de aves pertenecientes a 16 ordenes (42 especies de Passeriformes, nueve Apodiformes, ocho Psittaciformes, siete Piciformes, seis Falconiformes, cinco Columbiformes, cuatro Accipitriformes, cuatro Caprimulgiformes, cuatro Cuculiformes, tres Tinamiformes, tres Strigiformes, dos Galliformes, dos Cathartiformes, dos Coraciiformes, una Charadriiformes, una Pelecaniformes). En mamíferos se identificaron 31 especies situadas 10 en Rodentia, seis en Chiroptera, cinco en Didelphimorphia, cinco en Carnívora, dos en Pilosa, y en Cingulata, Xenarthra y Lagomorpha, una especie respectivamente. En anfibios se reconocieron 17 especies pertenecientes al orden Anuros (16 ranas y un sapo). En reptiles hubo 17 especies, situadas ocho dentro del grupo de las serpientes (Squamata: Serpentes), seguido por siete lagartos (Squamata: Sauria) y dos tortugas (Testudinata) (Tabla 2).

 

Treinta especies de aves fueron las más reconocidas con distribución mayor o igual al 80% para los usos del terreno, entre las cuales se destacan: Coragyps atratus, Columbina talpacoti, Rupornis magnirostris, Megascops choliba, Tapera naevia y Momotus aequatorialis. Los mamíferos más distinguidos fueron: Dasypus novemcinctus y Sciurus granatensis (100%); seguidos por Didelphis marsupialis (94,4%) y Gloosophaga soricina y Mustela frenata (88,9%). De las 17 especies de reptiles registradas, Chironius monticola (94,4%), Micrurus mipartitus y Erythrolamprus bizona (88,9% y 89% respectivamente) presentaron la mayor presencia.

 

 

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En el ACP (i) los dos primeros componentes representaron el 84% de la variabilidad total. El C1 (68%) agrupó reptiles (0,89), aves (0,86) y mamíferos (0,83), los que se relacionaron con la mayor competencia de los campesinos que viven en las fincas Buenos Aires, La Suerte, Polideportivo, La Gaviota y El Topacio para percibir especies de los tres grupos. En estos predios se distribuye el terreno entre diversos agroecosistemas tradicionales (cafetal con sombrío, platanal/bananal, frutales, relicto de vegetación secundaria y guaduales) mezclados con áreas en las que se permite el crecimiento de vegetación típica de sucesiones antropogénicas. El C2 (16%) incluyó anfibios (0,96), grupo que se asocia más con el reconocimiento de los agricultores que moran en La Mariposa, La Cabaña y Brasil (Figura 2), predios que se caracterizan por el predominio de sistemas de cultivo industrial (cafetal a libre exposición solar, pastizales) con alto uso de insumos de síntesis química y presencia de cuerpos de agua. Las diferencias fueron significativas para el reconocimiento de aves, mamíferos, anfibios y reptiles por los agricultores en los usos del terreno de las fincas (valor p < 0,01, prueba Monte Carlo).

 

Los primeros dos ejes del ACP para aves (ii) explicaron el 41,4% de la inercia (25,5%, 15,9%, respectivamente). El eje 1 separó los valores de uso directo usados con fines comercial (0,90), ornamental (0,88) y cacería (0,74), que corresponden con aves frugívora-insectívoras, granívoras y frugívoras tales como Thraupis episcopus, Forpus conspicillatus y Aratinga wagleri; mientras que el eje 2 aglutinó las especies que se valoran por el uso artístico y literario (0,76), alimento (0,60) y medicina (0,58), que atañen con hábitos alimentarios carroñero y omnívoro, entre las que se destacan Coragyps atratus y Crypturellus soui (Tabla 3). Relacionado con el C2, se encontró que algunas especies de aves son usadas para la alimentación (Crypturellus obsoletus, Momotus aequatorialis), el comercio (loras, Pionus spp., Amazona amazonica) y en ornamento (Thraupis episcopus, Icterus chrysater).

 

En el ACP (iii) dos componentes explicaron el 71,4% de la variabilidad total. El C1 (55,5%) agrupó los mamíferos con uso directo e indirecto para beneficio (0,92), investigación (0,91), medicinal (0,89) y mitos y rituales (0,89) (Tabla 3). Las especies Dasypus novemcinctus y Cabassous centralis fueron las especies de mayor uso con fines medicinales, especialmente por el uso de la sangre como cura para el asma. Los murciélagos Desmodus rotundus, Myotis riparius, Gloosophaga soricina y los ratones Akodon urichi, Hetotorys desmarestianus y Oryzomys capito se percibieron como negativos porque afectan a la ganadería bovina o a los cultivos respectivamente. El C2 (15,9%) se relacionó con la observación (0,62), ornamento (0,60), y alimento (0,52), y se denominó como usos para la satisfacción personal. En la asociación con el componente, se comprobó que los mamíferos son los de mayor uso de carne para alimentación (Sylvilagus brasiliensis y Dasyprocta spp., Didelphis marsupialis y Dasypus novemcinctus), o también se extraen la piel, patas y uñas para elaborar artesanías, producir ungüentos (Didelphis marsupiales, Metachirus nudicaudatus) o tapetes (Sylvilagus brasiliensis).

 

Siete especies de reptiles se relacionaron como fuente de alimento, artesanal, ornamental, cacería, observación, negativo (Trachemys scripta, Iguana iguana, Cleia cleia, Erythrolamprus bizona, Spilotes pullatus, Polychrus marmoratus y Chironius monticola). El ACP (iv) explicó el 62,3% de la variabilidad de los datos para los valores de uso de reptiles. El C1 (40,7%) (uso directo) agrupó los valores de uso comercial (0,96), ornamental (0,92), artesanal y cacería (0,77), con la especie Trachemys scripta como la más utilizada para la venta y Anolis ventrimaculatus, Thecadactylus rapicauda, Chironius monticola y Polychrus marmoratus como las más relacionadas con mitos y rituales. El C2 (21,6%) (uso indirecto) congregó los valores de uso negativo (0,64) y pedagógico (0,59) (Tabla 3). Se destacó a la iguana (Iguana iguana) como la más usada para turismo, medicina y alimento (carne y huevos) y a la serpiente mataganado (Micrurus dumerilii) como de uso negativo, pedagógico (peligro que representa para comunidades locales) y artesanal (uso de la piel).

 

 

 

 

Hábitats disponibles para aves, mamíferos, anfibios y reptiles en los usos del terreno

 

El grupo que tuvo mayor presencia en los usos y coberturas del terreno fue el de las aves con valores más altos en frutales (47,5%), platanal/bananal (45%) y cafetales con sombrío (40%). El segundo grupo fue el de mamíferos con alta presencia en los relictos de vegetación secundaria (40%), cuerpos de agua (27,5), maizales y guaduales (27,5). En el caso de anfibios y reptiles se observó más altos valores en las gramíneas, caña panelera (31 y 35%, respectivamente) y pastizales (25 y 32,5%). Algunos cultivos como caña panelera y yuca presentaron los valores más bajos en la frecuencia de aparición de los grupos (Tabla 4).

 


 

 

DISCUSIÓN

 

Usos y coberturas del terreno y presencia de fauna silvestre

 

Las coberturas y usos del terreno en la zona rural del municipio de Alcalá cambiaron drásticamente en la última década del siglo XX. La transformación del territorio generó una matriz de cobertura vegetal diversificada que al agregarse configura una malla de mosaicos que brindan refugio, alimento y corredores de desplazamiento para otros organismos del reino Animalia. La conservación en la memoria oral de sus nombres, usos y comportamientos, relación con las temporadas de lluvias, con las fases lunares, etc., es parte de la herencia cultural que transmiten los mayores a los jóvenes de la familia ampliada y del vecindario. El reconocimiento no solo implica la separación de la especie animal no humana, sino que también promueve la observación cuidadosa de las costumbres de otras formas de vida y de su interacción que al documentarse en un proceso de investigación-acción ayudaría a potencializar la conservación de la diversidad viviente.

 

La situación que se puede asociar como amigable para la presencia de aves, es la introducción de árboles frutales perennes (cítricos, aguacate, cacao, zapote, platanal/bananal,) que amplían la oferta de alimento insectil (Peraza et al., 2003), frutal, flores y néctar (Perfecto et al., 1996) y que brindan protección contra depredadores; situación contraria a lo que ocurre en los relictos de vegetación andina secundaria. En mamíferos los hábitats de mejor calidad fueron los relictos de vegetación secundaria; mientras que el pastizal ofreció pocos recursos alimenticios y por su consistencia herbácea los expone al riesgo de depredación (Guzmán, Lenis y Camargo, 2004). La presencia de anfibios se asoció más con coberturas hídricas y vegetación ripariana, debido a las condiciones fisiológicas que requieren (ciclo de vida acuático-terrestre, ectotermia, permeabilidad integumentaria) y a la alta dependencia de las condiciones ambientales favorables y a la alta sensibilidad a cambios en su hábitat por el impacto antrópico (Romero-Martínez et al., 2008). Las gramíneas ofrecieron espacios propicios para los reptiles (caña panelera, 35%; pastizal, 32%), ya que su condición herbácea opone menor resistencia a la reptación y la función de depredación. Asimismo, los registros pudieron estar relacionados con la facilidad de avistamiento para la visión mesoscópica en sitios abiertos y por ser los lugares que los agricultores frecuentan cotidianamente. Los resultados con relación al grupo ameritan profundizar en futuras investigaciones ya que van en contravía a los obtenidos por Carvajal-Cogollo y Urbina-Cardona (2008), quienes destacan a los pastizales del bosque seco tropical del Caribe colombiano como medio poco propicio para la presencia de herpetofauna debido a la reducción en el área disponible, pérdida de calidad del hábitat y aumento en la perturbación antropogénica.

 

El número de organismos reconocidos de fauna silvestre, 168 (103 de aves, 31 de mamíferos, 17 de anfibios, 17 de reptiles) casi duplica a lo realizado por las comunidades indígenas Embera-Katíos de la cuenca del río San Jorge, Córdoba, Colombia (88 especies: 29 de mamíferos, 25 de aves, 19 de reptiles y 15 de anfibios) (Racero et al., 2008), pero las dos indagaciones evidencian el valor de los saberes locales en la conservación de la vida. La hipótesis formulada confirmó la necesidad del encuentro sinérgico y de los repertorios culturales locales para potenciar las políticas públicas de conservación de la diversidad biológica y la asociación de la calidad de los hábitats para la fauna silvestre con los estilos de agricultura de la localidad (campesina, empresarial, combinaciones de ellas). La indagación puede contribuir a reorientar el enfoque de conservación desde arriba y como exclusiva responsabilidad de expertos. La orientación promueve la necesidad del abordaje desde el nivel de los actores de cada localidad agregados en mosaicos de vecindad para luego pasar a los niveles de microcuencas y cuencas territoriales.

 

Aportes a los registros de fauna silvestre en el Eje Cafetero colombiano

 

Colombia ha sido destacada como el país más diverso en aves del mundo con 1897 especies (Donegan et al., 2012), el cuarto en mamíferos con aproximadamente 479 (Chaves y Santamaría, 2006), el segundo en anfibios con 714 (Galeano et al., 2006) y el tercero en reptiles con 524 especies (Páez et al., 2006). La contribución de los expertos a complementar los registros nacionales de especies de aves, mamíferos, anfibios y reptiles con hallazgos en el Eje Cafetero colombiano ha sido importante, por ejemplo en aves Fajardo et al. (2009) encontraron 229 especies en parcelas con diversos usos del terreno en la cuenca del río La Vieja (localizada entre los departamentos de Quindío, Risaralda y Valle del Cauca), mientras que en Génova, departamento del Quindío, se registraron 98 especies en Páramos y Bosques Alto-andinos (Fundación Ecológica Reserva Las Mellizas, 2005). En el caso de los mamíferos, Castaño et al. (2003) registraron 124 especies en 29 localidades de 13 municipios en el departamento de Caldas, mientras que Orjuela y Jiménez (2004) presentaron indicios de nueve especies de mamíferos en bosques secos del departamento de Risaralda; entre tanto, en el mismo año, Sánchez, Sánchez-Palomino y Cadena (2004) identificaron 42 especies del mismo grupo en la Reserva Río Blanco, departamento de Caldas. Para anfibios Cadavid, Román-Valencia y Gómez (2005) capturaron 16 especies en seis estaciones situadas en los municipios de Armenia y La Tebaida en el departamento del Quindío.

 

El aporte realizado en este trabajo con la asociación de la dupla investigador-campesino pudo cuantificar en las coberturas y usos del terreno de las fincas, con aproximadamente 200 ha (Tabla 1), 103 especies de aves (5,4% del total encontrado en Colombia); 31 de mamíferos (6,4%); 17 de anfibios (2,3%) y 17 de reptiles (3,2% del total nacional) (Tabla 2). La contribución también mostró el valor de la dupla en la interlocución al brindar información que permite ampliar los registros de una pequeña área del municipio de Alcalá, que cuenta con aproximadamente 61 km2, hecho que resalta y denota el valor de los hallazgos en la consolidación del conocimiento. Lo anterior se suma a otro esfuerzo llevado a cabo por Zúñiga et al. (2013) con el estudio de las percepciones de los agricultores sobre las lombrices de tierra, lo cual denota continuidad en la línea de investigación y resalta la importancia de incorporar la oralidad en los estudios de los expertos.

 

Interlocutores locales como fuente de consolidación del conocimiento

 

El papel que ha jugado la fauna silvestre en la estructuración del pensamiento sobre la naturaleza de los grupos sociales colombianos tanto en términos simbólicos como materiales (Baptiste et al., 2002), cambia de valor en la medida en que las presiones demográficas y el poder de los propietarios de la tierra aceleran la transformación de los hábitats, la sustitución de coberturas agrícolas y la ampliación de las coberturas construidas (Bulte y Horan, 2003).

 

Los valores de uso de la fauna silvestre dependen en gran parte de la cultura y de las preferencias de los sectores de la sociedad (Swift et al., 2004). Por ejemplo, los campesinos de la cuenca del río La Vieja usaron en cacería 52 de 76 especies silvestres (28 aves, 17 mamíferos y siete reptiles). El resultado se asemeja al documentado por González (2003b) en la Reserva Comunal Yanesha, Perú, donde comunidades nativas y colonos cazan 44 especies (23 aves, 18 mamíferos y tres reptiles); pero se diferenciaron del de indígenas y colonos de Imataca (Bolívar, Venezuela) que solo informaron del consumo de 17 especies (13 de mamíferos, tres aves y un reptil) (Bisbal, 1994), y de afroamericanos de la cuenca media del río Atrato (Chocó, Colombia) que mencionaron la caza de 20 especies (13 mamíferos, seis aves y un reptil) (Palacios, Rodríguez y Jiménez, 2008).

 

Entre las 25 especies de mamíferos de diferentes usos, los armadillos (Dasypus novemcinctus y Cabassous centralis) se calificaron como benéficos para la salud por el uso de la sangre como remedio para el asma; uso que también ha sido narrado por campesinos de la Serranía de Mamapacha en Boyacá, Colombia (García, Perico y Rocha, 2008). Los caparazones se emplean como recipientes para almacenar huevos y en la elaboración de instrumentos musicales (carrasca y lira), a diferencia de pobladores del Norte de Santander, Colombia, donde los utilizan como materas (Díaz y Moreno, 2003).

 

Los campesinos percibieron 40 especies silvestres como negativas por causar daños en los cultivos (17 mamíferos, 14 aves y nueve reptiles). En la Amazonía oriental peruana los colonos nombraron 19 aves, 13 mamíferos y un reptil como perjudiciales para la agricultura (González, 2003a). Los periquitos y la cotorra frente roja fueron las especies más usadas en comercio, ornamento y cacería. De la misma manera las comunidades rurales de Norte de Santander, Colombia (Díaz y Moreno, 2003) y las Embera-Katíos de la cuenca del río San Jorge, Córdoba, Colombia (Racero et al., 2008) utilizan aves de la familia Psittacidae como ornamento y comercio. Alrededor de los reptiles se ha tejido toda clase de fantasías que generan temor en la comunidad (Castaño, 2002; Racero et al., 2008). Los campesinos de la cuenca del río La Vieja calificaron a la serpiente coral o mataganado como negativa por ser venenosa.

 

Partir de la proximidad, de lo familiarizado, de lo transmitido por los mayores, constituye una ruta que permitiría potenciar las estrategias convencionales de conservación de la diversidad biológica. Las fincas que han distribuido sus terrenos para la coexistencia de la naturaleza viva, de las culturas campesinas y de la cultura empresarial en la cuenca del río La Vieja se han convertido en conservatorios para la fauna silvestre que les proporciona espacio, refugio acogida, abrigo y alimento. Al compartir los espacios de la existencia campesina, las conductas animales se integran a las experiencias vividas por las personas locales sirviendo como beneficio o perjuicio; como anunciadoras de cambios lunares, de temporadas del clima, de desastres naturales; como acompañantes, como generadoras de afectos infantiles; o enriqueciendo los símbolos de la cultura.

 


 

AGRADECIMIENTOS

 

Los autores agradecen a los campesinos por el acompañamiento en la realización del trabajo. A la Universidad Tecnológica de Pereira y a Colciencias por financiar los proyectos “Evaluación del aporte de algunos servicios ambientales en fincas de la cuenca del río La Vieja, Colombia” y “Valoración de los bienes y servicios de la biodiversidad para el desarrollo sostenible de paisajes rurales colombianos: Complejo Ecorregional Andes del Norte”, este último adscrito al Centro de Investigaciones y Estudios en Biodiversidad y Recursos Genéticos (CIEBREG). También a los compañeros del grupo Gestión en Agroecosistemas Tropicales Andinos - Planificación Socio-Ecológica del Paisaje (GATA-PSEP) por su respaldo y apoyo.

 


 

POTENCIAL CONFLICTO DE INTERESES

 

El presente manuscrito enviado a la Revista Luna Azul no presenta conflicto de intereses porque es el resultado de un proyecto de investigación ejecutado por los responsables y por lo tanto declaramos que es un producto original.

 


 

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1. Magíster en Sociedades Rurales. Grupo Gestión en Agroecosistemas Tropicales Andinos, Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. Pereira, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0001-6439-1037

2. Magíster en Ecotecnología. Universidad Nacional de General Sarmiento, Área de Biología y Bioinformática, Instituto de Ciencias. Buenos Aires, Argentina. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0003-4926-5184

3. Doctor en Ciencias Agrarias. Coordinador Grupo Gestión en Agroecosistemas Tropicales Andinos; profesor Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad Tecnológica de Pereira. Pereira, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0002-5226-5233.

4. Ingeniero Agrónomo. Profesor Pensionado, Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira. Palmira, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0003-4548-7169

 


 

Para citar este artículo: Aldana-Mejía, N.J.; Díaz-Porres, M.; Feijoo-Martínez, A. y Quintero, H. (2016). Percepciones y reconocimiento local de fauna silvestre, municipio de Alcalá, departamento del Valle del Cauca, Colombia. Revista Luna Azul, 43, x-x. Recuperado de http://200.21.104.25/lunazul/index.php?option=com_content&view=article&id=193

 


 

 Este obra está bajo una Licencia de Creative Commons Reconocimiento CC BY   

CONOCIMIENTO POPULAR Y PERSPECTIVAS DE CONSERVACIÓN SOBRE LAS TORTUGAS CONTINENTALES EN LA PARTE BAJA DEL RÍO LA MIEL (COLOMBIA)

 

Jennifer Zapata-Ciro1

Giovany Guevara2

Gabriel Jaime Castaño-Villa3

 

Recibido el 5 de marzo de 2015, aprobado el 6 de julio de 2015 y actualizado el 11 de mayo de 2016

 

DOI: 10.17151/luaz.2016.43.2

 

RESUMEN

 

La parte baja de la cuenca del río La Miel está ubicada al nororiente del departamento de Caldas y alberga cinco de las especies de tortugas continentales registradas para Colombia. Durante mayo a septiembre de 2014 se recopiló información mediante la aplicación de un cuestionario semiestructurado a 101 residentes de la cuenca hidrográfica, acerca del conocimiento y uso de las tortugas (alimento, comercio y mascota) en la zona. La encuesta incluyó información personal de acuerdo con el sexo, ocupación principal (ama de casa, pescador/lanchero, agricultor/jornalero, mayordomo), tipo de habitante (nativos, extranjeros) y conocimiento y uso de las tortugas. Los resultados sugieren que las tortugas de agua dulce en la zona de estudio, se han reducido debido a una aparente larga historia de utilización por el hombre; principalmente para alimento, uso como mascotas y ocasionalmente por el comercio. Sin embargo, estos datos también sugieren que a pesar del impacto humano el río La Miel podría concentrar un número alto de tortugas a lo largo de la cuenca, lo que resalta la importancia de este sistema acuático como uno de los hábitats más importantes para la conservación de las tortugas de agua dulce en el país. Asimismo, los resultados muestran algunas relaciones relevantes hombre-fauna silvestre, que pueden ser utilizadas para avanzar en nuevos esfuerzos hacia la gestión de la conservación de las tortugas de agua dulce bajo un contexto local y nacional.

 

PALABRAS CLAVE

 

Podocnemis lewyana, usos tradicionales de las tortugas, tortugas continentales.

 

POPULAR KNOWLEDGE AND CONSERVATION PERSPECTIVES ON THE INLAND TURTLES AT THE LOWER PART OF LA MIEL RIVER (COLOMBIA)

 

ABSTRACT

 

The lower part of La Miel River, located at the north-east of the Department of Caldas, hosts five Colombian inland turtle species. Information about knowledge and turtles’ use (for food, trade, or pets) was recorded using a semi-structured questionnaire applied to 101 watershed residents, from May to September 2014. The survey included personal, knowledge, and use information accordingly to sex, principal work (housewife, fisherman/boatman, farmer/laborer, steward) and inhabitant type (native, foreign). Our results suggest that freshwater turtles in the study area have declined due an apparent long history of human consumption; mainly for food, pet, and occasionally for trade. However, these data also suggest that despite human impact, La Miel River could support a large number of turtles along the basin, underscoring the importance of this aquatic system as one of the most important habitats for the conservation of freshwater turtles in the country. In addition, our results illustrate some relevant human-wildlife relationships, which can be used to advance new efforts toward freshwater turtle management under local and national context.

 

KEY WORDS

 

Podocnemis lewyana, Inland turtles, traditional uses of turtles.

 


 

INTRODUCCIÓN

 

Colombia ocupa el séptimo lugar a nivel mundial y el segundo en Sudamérica con mayor riqueza de especies y subespecies de tortugas continentales (dulceacuícolas y terrestres) después de Brasil, además es el país con mayor número de familias (9) (Rueda-Almonacid et al., 2007; Páez et al., 2012; Van Dijk et al., 2014). Doce de las 27 especies registradas en Colombia (44%), se encuentran amenazadas y listadas por la IUCN (2014) en alguna categoría de riesgo, debido principalmente a la pérdida y degradación de su hábitat y a su extracción masiva para consumo y comercialización (Páez et al., 2012). Las tortugas continentales, en general, juegan un papel importante en los ecosistemas fluviales y en la sociología y economía de la cultura humana (Moll y Moll, 2004). Dentro de las comunidades biológicas son de gran importancia, ya que participan en las cadenas tróficas, interactúan con vertebrados e invertebrados, y algunas especies son dispersoras de semillas (Páez et al., 2012). Desde lo social, las tortugas son referentes culturales y componentes importantes en la economía de subsistencia y alimentación en diversas regiones del país (Castaño-Mora, 2002).

 

Las tortugas continentales son uno de los taxones de vertebrados más amenazados del mundo, con más de la mitad de las especies en vía de extinción, y han sido poco estudiadas en cuanto a su distribución espacial y ecología debido probablemente al carácter críptico de muchas especies (Van Dijk et al., 2014). En Colombia, las principales amenazas directas que afectan las poblaciones de tortugas continentales son la sobreexplotación para consumo, comercio y la extracción para venta como mascotas (Páez et al., 2012). El aprovechamiento de las tortugas se da principalmente en regiones rurales y marginales del país, donde las comunidades locales las utilizan como un recurso cinegético de subsistencia y comercio (Racero-Casarrubia et al., 2008; Morales-Betancourt et al., 2012b; Castro et al., 2013; Arroyave et al., 2014).

 

Actualmente se considera que el éxito de los programas de conservación de la fauna silvestre, depende de la integración de aspectos biológicos, sociales y culturales (Bath, 1996; Primack et al., 2001). Por lo tanto, evaluar el conocimiento popular que las comunidades locales tienen acerca de la fauna de su entorno, contribuye al conocimiento sobre las interacciones hombre-fauna (Ojasti y Dallmeier, 2000). Lo anterior, es parte fundamental de las investigaciones aplicadas al manejo de vida silvestre, ya que permite la construcción de soluciones a los problemas ambientales locales (Valdelomar et al., 2012).

 

Aunque en la cuenca baja del río La Miel se han registrado cinco especies de tortugas continentales (Páez et al., 2012): Cryptochelys leucostoma (Duméril & Bibron, 1851), Rhinoclemmys melanosterna (Gray, 1861), Trachemys callirostris (Gray, 1855), Podocnemis lewyana (Duméril, 1852) y Chelonoidis carbonaria (Spix, 1824), se desconocen las relaciones de las comunidades locales con estos organismos. En particular, no se evidencia claramente el conocimiento y uso en general de estas especies por parte de los pobladores de la cuenca, lo cual influye sobre su conservación. Lo que cobra relevancia, debido a que P. lewyana y C. carbonaria se encuentran dentro de las categorías de conservación global y nacional (IUCN, 2014). Por un lado, la tortuga del río Magdalena (P. lewyana) es considerada globalmente como una especie en peligro de extinción (Van Dijk et al., 2014), y por otro el morrocoy terrestre (C. carbonaria) es considerada en peligro crítico a nivel nacional (Castaño-Mora, 2002).

 

El objetivo de este trabajo fue evaluar el conocimiento popular que las comunidades locales poseen acerca de las tortugas continentales en la parte baja de la cuenca del río La Miel, y discutir algunas de las perspectivas de conservación que se puedan promover en dicha cuenca.

 


 

MÉTODOS

 

Área de estudio

 

La parte baja de la cuenca del río La Miel, un afluente del río Magdalena, está localizada en la vertiente oriental de la Cordillera Central de Colombia. La temperatura promedio es de 29°C, con un régimen de lluvias bimodal, una precipitación media anual entre 2000-4000 mm, con periodos de lluvias entre abril y mayo, y de septiembre a diciembre, al igual que dos períodos secos: enero-marzo y junio-agosto (Vallejo-Joyas et al., 2005; Cantillo-H. y Rangel-Ch., 2011). El área seleccionada para el estudio, incluyó parte del municipio de Norcasia (Caldas), las veredas La Habana, La Atarraya y el corregimiento de Buenavista en el municipio de La Dorada (Caldas) y, el corregimiento de San Miguel en el municipio de Sonsón (Antioquia).

 

Conocimiento y uso de las tortugas

 

Se realizó un cuestionario semiestructurado a los habitantes de la región (Tabla 1). Las encuestas fueron aplicadas entre mayo y septiembre de 2014, con el objetivo de establecer el conocimiento acerca de la distribución, hábitat, alimentación, reproducción de las tortugas; así como su uso, bajo tres criterios (consumo, comercio y mascotas). Se aplicaron 101 encuestas en cuatro puntos considerados “estratégicos” (asentamientos humanos con mayor influencia o dependencia económica del río La Miel). Los lugares seleccionados incluyeron personas de La Habana (n = 17), Norcasia (n = 27), La Atarraya (n = 16), Buenavista (n = 21) y San Miguel (n = 20). A los participantes, se les mostraron imágenes de las tortugas reportadas para el lugar, antes de resolver las preguntas, con la intención de evitar sesgos en las respuestas relacionadas con el nombre común y rasgos descriptivos de las especies. Los aspectos relacionados con la biología, distribución y amenazas de estas especies, fueron contrastados y complementados con la información documentada para el país por Rueda-Almonacid et al. (2007) y Paéz et al. (2012).

 

 

Análisis de datos

 

Se cuantificaron las variables extraídas de las encuestas para obtener porcentajes y frecuencia de cada tipo de respuesta. Se establecieron diferencias en el conocimiento/uso de las tortugas en relación con el sexo, edad (adultos jóvenes: 18-35, adultos: 36-65 y adultos mayores: > 65 años), estatus de residencia (nativo o inmigrante con menos de 5 años en la región), oficio principal (ama de casa, pescador/lanchero, agricultor/jornalero, y mayordomo) y localidad (corregimiento de residencia) de los encuestados, por medio de la Prueba Exacta de Fisher. Los análisis estadísticos fueron realizados en R versión 3.1.1 (R Development Core Team, 2011).

 


 

 

RESULTADOS

 

El 75% de los habitantes encuestados reconocieron cuatro de las cinco especies de tortugas registradas en el área de estudio. En su mayoría estas personas identifican estos organismos a partir de características morfológicas (e.g., la forma del caparazón y el color de la cabeza); sin embargo, existen otras personas que las asocian con su hábitat. El morrocoy terrestre solo fue reconocido por el 14% de los encuestados. Con respecto al conocimiento sobre el uso de las tortugas para consumo, se encontró que no hubo diferencias entre sexos (Prueba Exacta de Fisher, P = 0,070) o la edad de los encuestados (Prueba Exacta de Fisher, P = 0,789) (Tabla 2). En general, las personas encuestadas mencionan que la especie de mayor consumo es P. lewyana (86%), de la que se aprovecha tanto la carne como los huevos; las personas describen que esta especie, es consumida por su aporte proteico, buen sabor y valor afrodisíaco. El consumo de esta especie se realiza durante todo el año, siendo el consumo de huevos solo durante los períodos de verano (enero y junio, principalmente). Por otra parte, el 33% de los encuestados reconocen que R. melanosterna, T. callirostris y C. carbonaria son las tres especies que se utilizan como mascota en sus hogares.

 

La hicotea y el morrocoy de tierra lo usan mucho para mascotas, la que si no falta en el plato es la tortuga de río, sabe muy bueno. (Pescador, Norcasia - Caldas)

 

Cuando se consultó acerca de la abundancia de las especies, muchos de los encuestados reconocen que en la actualidad la especie que observan con mayor frecuencia es P. lewyana, pero que su abundancia ha disminuido en los últimos 15 años. Al respecto, algunos habitantes explicaron que la disminución en la abundancia de las tortugas, puede estar asociada con la destrucción de los ecosistemas, debido principalmente a la minería (pérdida del hábitat y contaminación del agua), a la construcción del Embalse Amaní (el cual alteró la dinámica de los recursos hídricos) y a la perturbación de los humedales, debido a la ganadería de búfalos (11% de los encuestados).

 

Hubo un tiempo, hace como 15 años antes de que metieran las búfalas y la construcción de la presa, que sí se veían muchas tortugas, ahora no se ven tantas. (Mayordomo, Norcasia - Caldas)

 

El conocimiento acerca del uso de las tortugas fue significativamente diferente en relación con el oficio de los encuestados (Prueba Exacta de Fisher, P = 0,009), siendo los agricultores/jornaleros y los mayordomos las personas que menos reconocen los usos que se les da a las tortugas. Asimismo, se detectaron diferencias con respecto a las localidades (Prueba Exacta de Fisher, P < 0,001); en particular, en La Habana y Norcasia es donde los encuestados conocen muy poco acerca de los usos que se les da a las tortugas (Tabla 2).

 

 

 

El 82% de los encuestados no conoce el papel o importancia de las tortugas dentro de los ecosistemas, el 18% restante las asocia con la presencia de babillas y con los niveles altos de agua. Aquellos con menos de 5 años de residencia en la región, son los que tienen un escaso conocimiento acerca de los usos que se les da a las tortugas, en comparación con las personas originarias de la zona (Prueba Exacta de Fisher, P < 0,013). El 5% de los encuestados confirmó haber recibido información relacionada con temáticas en las que se involucra la conservación de las tortugas. Esta información la han recibido solamente de CORPOCALDAS, en campañas de conservación de la tortuga morrocoy (Chelonoidis carbonaria) en el corregimiento de Buenavista (La Dorada - Caldas).

 

Nosotros sí recibimos campañas de educación, pero más que todo enfocada a los peces, de tortugas nunca. (Pescador, Buenavista, La Dorada - Caldas)

 


 

DISCUSIÓN

 

Las especies de tortugas de la región son reconocidas, en una proporción moderada, por parte de los habitantes de la parte baja de la cuenca del río La Miel. En general, el conocimiento de los habitantes se concentra en aquellas especies que se utilizan principalmente para el consumo y comercio (e.g., P. lewyana). Esto se reflejó en una mayor comprensión acerca del uso de las tortugas por parte de los habitantes de las veredas La Atarraya y Buenavista, donde se ubican playas principales de anidación y se puede observar la cacería para consumo y comercio. Por otro lado, el conocimiento también se asocia con la ocupación de los encuestados, ya que las personas que dependen del río para su subsistencia, son las que mejor conocen a las tortugas.

 

En parcial concordancia con investigaciones realizadas en otras regiones de Colombia (Racero-Casarrubia et al., 2008; Castro et al., 2013), los encuestados consideraron que las poblaciones de tortugas han disminuido principalmente como resultado de la intervención antropogénica, que en el caso del río La Miel ha ocasionado cambios en su dinámica fluvial, como resultado de las modificaciones ocurridas durante y después de la construcción del Embalse Amaní, a la contaminación de los recursos hídricos (minería), y a la incorporación de los humedales en actividades ganaderas (principalmente con búfalos, Bubalus bubalis). Sin embargo, contrario a la percepción en otras regiones del país, los habitantes de la parte baja de la cuenca, no asocian la disminución que ellos describen sobre las poblaciones de tortugas a la cacería, aun siendo conscientes que P. lewyana es la especie con mayor demanda para el consumo regional. Lo anterior puede ser un factor clave para considerar en programas dirigidos a la protección, conservación y uso sustentable de esta especie.

 

En el área de estudio se pudo observar la extracción de adultos de diversas tallas (Obs. Pers. de los autores) y de los huevos de la tortuga de río (registro anecdótico, Buenavista, La Dorada - Caldas). Aunque no se cuenta con datos acerca de la intensidad y frecuencia con la que se presenta la colecta de esta especie en el área de estudio, los resultados de las encuestas mostraron una tendencia clara sobre el uso y preferencia de los habitantes de la región por su consumo. La disminución percibida por los habitantes de la región se asocia a factores como la cacería y daños ambientales, efectos que podrían alterar la composición y estructura de la comunidad de tortugas continentales, y pueden llevar a la extinción local de las especies amenazadas (Bennett y Robinson, 2000).

 

Varios de los factores anteriormente mencionados deben ser considerados de especial interés para la conservación de la tortuga de río en esta región. Actualmente, en Colombia, todas las especies del género Podocnemis están amenazadas, debido principalmente a la sobreexplotación (Rueda-Almonacid et al., 2007; Páez et al., 2012). Esta es una de las especies de tortuga que es cazada para consumo y comercio a través de todo su rango de distribución en el país (Castro-Herrera, 2002). Por lo tanto, es una especie de alta prioridad para la implementación de medidas de conservación, entre ellas la definición de áreas fluviales protegidas, desarrollo de proyectos de investigación acerca de su ecología y biología, programas de educación, y de planes de manejo que permitan su protección y aprovechamiento sostenible (Castro-Herrera, 2002; Morales-Betancourt et al., 2012a).

 

Finalmente, la percepción de los habitantes de la región sobre las tortugas, basada casi exclusivamente en su uso para consumo y comercio (éstas son consideradas un recurso de libre acceso), y la casi nula identificación de la función y valor ecológico de estas especies, establecen un reto para los manejadores de la vida silvestre en esta región, ya que será necesario adelantar programas de educación ambiental y cultural que propendan por el establecimiento de un vínculo sostenible entre las comunidades asentadas sobre la cuenca del río La Miel y las tortugas allí presentes.

 


 

AGRADECIMIENTOS

 

A la Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados de la Universidad de Caldas. A la Doctora Vivian Páez (Universidad de Antioquia) por sus enseñanzas. A Verónica Duque por su apoyo en actividades de campo. A Ana María Jaramillo por su hospitalidad y a los pescadores de la zona, particularmente a Don Edgar Cupitra quien nos prestó apoyo logístico para el trabajo de campo. De manera especial agradecemos las sugerencias de dos revisores y del Comité Editorial, que mejoraron la presentación y alcances del estudio.

 


 

POTENCIAL CONFLICTO DE INTERESES

 

Los autores declaran que no existe conflicto de interés alguno por la realización y publicación de la presente investigación.

 


 

FUENTES DE FINANCIACIÓN

 

La Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados de la Universidad de Caldas financió la presente investigación en el marco del proyecto “Uso de hábitat del ensamble de tortugas dulceacuícolas en un tramo del río La Miel (Norcasia, Caldas)”, Código 0552014.

 


 

REFERENCIAS

 

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1.Bióloga. Grupo de Investigación en Ecosistemas Tropicales, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Caldas. Manizales, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0001-9054-7533

2. Dr. en Ciencias mención Sistemática y Ecología. Docente, Departamento de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas; Grupo de Investigación en Genética, Biodiversidad y Manejo de Ecosistemas (GEBIOME). Manizales, Colombia. Facultad de Ciencias, Universidad del Tolima. Ibagué, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. - This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0002-2373-1805

3. Dr. en Ciencias mención Ecología y Biología Evolutiva. Docente, Departamento de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas; Grupo CERES (Centro de Estudios Rurales). Manizales, Colombia. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0001-5327-8063

 


 

Para citar este artículo: Zapata-Ciro, J.; Guevara, G. y Castaño-Villa, G.J. (2016). Conocimiento popular y perspectivas de conservación sobre las tortugas continentales en la parte baja del río La Miel (Colombia). Revista Luna Azul, 43, x-x. Recuperado de http://200.21.104.25/lunazul/index.php?option=com_content&view=article&id=191

 


 

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DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA DE APROVECHAMIENTO DEL AGUA LLUVIA EN EL CONSEJO COMUNITARIO DE LA COMUNIDAD NEGRA DE LOS LAGOS, BUENAVENTURA

 

 

Nixon Arboleda Montañoi

 

Recibido el 10 de marzo de 2015, aprobado el 7 de julio de 2015 y actualizado el 12 de mayo de 2016

 

DOI: 10.17151/luaz.2016.43.3

 

RESUMEN

 

Este trabajo presenta los resultados de la investigación realizada en el Consejo Comunitario de la Comunidad Negra Los Lagos (CCCN Los Lagos); la cual consistió en diagnosticar las condiciones de aprovechamiento del agua lluvia, por lo que se pudo determinar el potencial de aprovechamiento del agua lluvia en la comunidad, los tipos de techos que utilizan las viviendas, el sistema de recolección y conducción del agua lluvia, los tipos de recipientes para realizar el almacenamiento del agua lluvia. Para la identificación de los aspectos anteriores, se realizaron visitas al lugar, así como también la realización de entrevistas semiestructuradas y encuestas (anexo 1).

 

Luego de conocer el sistema de abastecimiento del agua lluvia, se realizó análisis fisicoquímicos y microbiológicos al agua lluvia recolectada, permitiendo conocer con ello el cumplimiento o no de la normativa ambiental; además, se aplicaron análisis estadísticos para determinar correlaciones y varianzas en los resultados.

 

Palabras clave: almacenamiento de agua, captación de agua lluvia, calidad del agua.

 

DIAGNOSTIC SYSTEM RAIN WATER HARVESTING IN THE BLACK COMMUNITY COUNCIL COMMUNITY OF LAGOS, BUENAVENTURA

 

ABSTRACT

 

This paper presents the results of research conducted at the Community Council of the black community of Los Lagos, which was to diagnose the conditions of use of rain water, so they could determine the potential use of rain water in the community, the types of roofs used housing, the system of collection and conveyance of rain water, types of containers for storage of rain water; for the identification of the above aspects, site visits were conducted, as well as semi-structured interviews and surveys. After meeting the supply system of rain water, chemical and microbiological to rain water collected analyzes were performed, thus allowing to know or not compliance with environmental regulations; Additional statistical analyzes were applied to determine correlations and variances in the results.

 

Keywords: Water storage, rainwater harvesting, water quality. 

 


  

1. INTRODUCCIÓN

 

Actualmente alrededor de 1.100 millones de personas no tiene acceso al agua tratada y más de 2.600 millones de personas carecen de servicios de saneamiento básico. La insuficiencia de agua afecta a cerca de 2.000 millones de personas en el mundo (Guhl, 2007). Si no se toman medidas para revertir la tendencia, una de cada tres personas estará viviendo en un país con escasez de agua potable. Del mismo modo, si bien el problema afecta a todos los países, los más perjudicados son los de las economías más pobres, donde nace el 95% de las 80 millones de personas que cada año incrementan la población del planeta (Duran, Op Cit).

 

Se prevé que en los próximos veinte años el promedio mundial de abastecimiento de agua por habitante disminuirá en un tercio a causa del crecimiento de la población, de la contaminación y del cambio climático. A mediados de este siglo habrá 2000 millones de personas en 48 países que sufrirán de escasez de agua; el peor de los escenarios muestra a 7000 millones de personas en 60 países con ese problema (Duran, Op Cit).

 

Por su parte en Colombia, de acuerdo con el DANE (2013), el abastecimiento de agua presentó una cobertura de acueducto total (rural y urbano), en el año 2012 del 75,15%. En el caso del sector urbano para este mismo año tuvo una cobertura del 97% y el rural 53,3%. Lo anterior representa buenos niveles de cobertura de acueducto en las viviendas urbanas; no obstante, solo alrededor de la mitad de las viviendas del sector rural de Colombia presentan cobertura de acueducto, evidenciando una alta disparidad en la cobertura de agua potable entre las cabeceras y las zonas rurales.

 

La región pacífica se caracteriza por presentar bajos niveles de cobertura de agua potable en sus áreas rurales y urbanas, incluso muy por debajo del promedio nacional, ya que de acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación (2007) tan sólo alcanza una cobertura general del 42,8%, siendo posible encontrar que en muchos municipios no existe corregimiento o vereda alguna con un sistema de acueducto, o a la sumo se encuentran en muy baja cantidad, alcanzando porcentajes muy por debajo de los promedios nacionales. Esta situación conduce a que las personas presenten inadecuadas condiciones de vida, sobre todo en el campo de la salud, pues la falta de saneamiento en el agua es escasa, lo que da paso al desarrollo de virus y bacterias incrementando la morbilidad y mortalidad en la población.

 

Ante esta situación de las zonas rurales de la región pacífica, el agua lluvia ha sido para muchas de las comunidades que allí habitan la principal fuente de abastecimiento de agua, dado los altos índices de precipitación, convirtiéndola en la región más lluviosa de Colombia y una de las más lluviosas en el mundoii.

 

De esta forma, las aguas lluvias representan un recurso importante para las comunidades de la zona rural en la región pacífica de Colombia, recurso del cual pueden disponer sin la necesidad de recorrer grandes distancias, merced a los sistemas tradicionales de abastecimiento que actualmente se tienen (Centro Internacional de Demostración y Capacitación en Aprovechamiento del Agua de Lluvia, 2007). 

 


 

 

2. METODOLOGÍA

 

2.1. Área de estudio

 

El Consejo Comunitario de la Comunidad Negra de Los Lagos es una comunidad rural con un territorio relativamente plano, que tiene una figura de administración colectiva, en la cual todos son dueños del territorio salvo el espacio que cada familia históricamente ha trabajadoiii. A este lugar, se puede acceder por vía marítima o terrestre y está localizado en la zona continental del distrito de Buenaventura, cuenca baja del rio Dagua, sobre la Vía Simón Bolívar hacia al aeropuerto, a la altura del kilómetro quince.

 

Esta comunidad carece de muchos servicios públicos, tal es el caso del acueducto, alcantarillado, gas natural, telefonía fija y aseo; contando solamente con energía eléctrica.

 

En la actualidad, el Consejo Comunitario de la Comunidad Negra Los Lagos cuenta con 68 familias que se representan en más de 412 habitantes, los cuales están distribuidos de la sigue forma:

 

 

El tipo de poblamiento es permanente y se tienen fincas o espacios productivos de pan coger en las partes traseras de las viviendas.

 

2.2. Método de estudio

 

Estudio exploratorio y descriptivo, ya que en Buenaventura y la zona del pacifico no se han realizado estudios de esta naturaleza. (Hurtado, 2000; 2002).

 

2.3. Tipo de estudio

 

El estudio se enmarcó de tipo cuantitativo y cualitativo.

 

 

2.4. Materiales y métodos

 

2.4.1. Recorridos de campo, encuestas y entrevistas

 

 

Con la finalidad de conocer algunas características esenciales de las viviendas de la zona de estudio, su composición, formas de captación y usos del agua lluvia; se realizaron recorridos de campo y aplicaron encuestas a los jefes de hogar y representantes o líderes de la comunidad.

 

Con esta finalidad, se realizó un censo total a las 68 viviendas que conforman la zona de estudio, aplicando la encuesta (anexo 1) a los jefes de hogar.

 

 

2.4.2. Análisis de la calidad del agua lluvia captada

 

Para el análisis de la calidad del agua lluvia captada, en total se evaluaron 3 meses, comprendidos desde julio hasta septiembre del año 2013.

 

La metodología para el análisis de la calidad de las aguas lluvias en el CCCN Los Lagos se presenta en la figura a continuación.

 

 

 

 

En el caso del análisis microbiológico se evaluaron los parámetros establecidos en la tabla 2, de acuerdo como se presenta a continuación:

 

 

 

Para la toma de muestras, se procedió de la siguiente manera:

 

El área de estudio cuenta con 68 viviendas, dicha área se dividió estratégicamente en 5 zonas: esquinas y centro. En cada zona se seleccionaron aleatoriamente 2 viviendas; 1 con techo de zinc y 1 con techo de asbesto, preferiblemente aquellas que presentaban mayores niveles de captación de aguas lluvias. En total se seleccionaron 10 viviendas.

 

De esta forma, para el análisis microbiológico, en cada una de las viviendas seleccionadas, mensualmente se tomó una muestra por un término de tiempo de tres meses, por lo que en total se tomaron 30 muestras, ya que cada mes se realizó el mismo ejercicio para las 10 viviendas seleccionadas.  La toma de muestra consistió en la recolección de 0,2L de agua de los recipientes de almacenamiento del agua lluvia haciendo uso de un frasco de vidrio transparente,  guantes y tapabocas (anexo 2), seguidamente se llevaron al laboratorio de la empresa  Hidropacífico E.S.P S.Aiv, en la cual se realizaron los respectivos procedimientos con base en los métodos normalizados para el análisis de aguas potables y residuales (APHA WWA, 1992 citado por Severiche; Castillo & Acevedo, 2013; Organización Mundial de la Salud, 2006).

 

Los resultados se promediaron, obteniéndose un registro por mes para cada uno de los parámetros evaluados.

 

Por su parte, en el caso del análisis físico-químico se evaluaron los parámetros establecidos en la tabla 3, de acuerdo como se presenta a continuación:

 

 

 

 

Para el análisis físico-químico, al igual que en el análisis microbiológico en cada una de las viviendas seleccionadas, mensualmente se tomó una muestra por un término de tiempo de tres meses. La toma de muestra consistió en la recolección de 1L de agua de los recipientes de almacenamiento del agua lluvia haciendo uso de un envase plástico, guantes y tapabocas (anexo 2), seguidamente se llevaron al laboratorio de la empresa  Hidropacífico E.S.P S.A, en la cual se realizaron los respectivos procedimientos con base en los métodos normalizados para el análisis de aguas potables y residuales (APHA WWA, 1992 citado por Severiche; Castillo & Acevedo, 2013).

 

Los resultados se promediaron, obteniéndose un registro por mes para cada uno de los parámetros evaluados.

 


 

3. RESULTADOS

 

3.1. Sistema de aprovechamiento del agua lluvia

 

El sistema de aprovechamiento del agua lluvia presenta el potencial de aprovechamiento del agua lluvia, propiedad de las viviendas y promedio de personas que la habitan, captación del agua lluvia, recolección y conducción del agua lluvia, y almacenamiento del agua lluvia.

 

3.1.1. Potencial de aprovechamiento del agua lluvia

 

En la tabla a continuación se presentan los resultados de precipitaciónv  en el CCCN Los Lagos.

                     

 

 

De acuerdo con la tabla anterior, se puede determinar que en el CCCN Los Lagos se cuenta con un alto potencial de aprovechamiento de agua lluvia; sin embargo, en las viviendas se cuenta con poca capacidad para almacenar este recurso, convirtiéndose en la causa de desabastecimiento de agua en la mayoría de los hogares de esta comunidad cuando cesa de llover más de una semana.

 

 

3.1.2. Propiedad de las viviendas y promedio de personas que la habitan

 

Respecto a la propiedad de las viviendas, es relevante destacar que el 100% de las viviendas son propias de las familias que las habitan; sin embargo, el rango de personas que en promedio habitan una vivienda es significativo, tal como se indica en la siguiente figura.

 

 

 

El 70% de las viviendas están habitadas entre 4 y 6 personas; por su parte, el 20% de los hogares están habitados por un número que oscila entre 7 y 9 personas; los casos de menor porcentaje de ocupación se presentan en los rangos entre 1 y 3 personas por vivienda y el mayor o igual a 10 personas por vivienda, representando cada uno de ellos tan sólo un 5%. Lo anterior indica que en el Consejo Comunitario se está presentando un alto índice de ocupación en las viviendas, lo que es normal en las zonas rurales del Distrito de Buenaventura; sin embargo, ello repercute significativamente en el aprovechamiento del recurso hídrico dado que a mayor número de personas se requiere mayor volumen de agua para satisfacer las necesidades domésticas.

 

Para satisfacer sus necesidades de agua para uso doméstico u otros usos, esta comunidad no cuenta con sistema de acueducto, siendo el agua lluvia su principal fuente de abastecimiento, encontrándose en un segundo renglón el agua superficial representada en los ríos y las quebradas que irrigan el lugar; respecto al agua subterránea no existe ningún tipo de aprovechamiento puesto que en el lugar no se ha identificado alguna fuente de este tipo.

 

Dado que el agua lluvia es la principal fuente abastecedora, en todas las viviendas se realiza aprovechamiento o cosecha de estas; destacando como elementos comunes del sistema de captación los siguientes: área captación; recolección y conducción y almacenamiento.

 

 

3.1.3. Captación del agua lluvia

 

El área de captación está conformada básicamente por el techo de las viviendas, el cual no se compone del mismo material, tal como  se expresa en la figura 3

 

 

  

De acuerdo con los resultados obtenidos, en el Consejo Comunitario se utilizan dos tipos de materiales para los techos de las viviendas, siendo el zinc el que más se utiliza con un 60% seguido del asbesto con un 40%. De otra parte, no se presenta el uso de ningún otro material en la zona.

 

En figuras 4 y 5 se observan los materiales utilizados para los techos de las viviendas.

 

 

 

  

En términos generales los techos de zinc presentan un buen estado, sin presencia de material vegetal, ni otros elementos permanentes u ocasionales sobre el mismo, indicando que es un material muy apto para ser utilizado en el lugar.

 

 

 

Es evidente que los techos de asbesto no presentan un buen estado, dado que se observa sobre sí mismo mucha presencia de material permanente como musgos, y otros elementos como restos de hojas, madera y demás, situación que implica un gran esfuerzo para limpiar este techo con la dificultad de que luego se volvería a ensuciar.

 

3.1.4. Recolección y conducción del agua lluvia

 

En lo que respecta a la recolección y conducción del agua lluvia, se reportaron los mismos materiales utilizados en los techos (zinc y asbesto) en la misma proporción de utilización. Las figuras 35 y 36 presentan estos materiales.

 

 

 

Las canaletas en zinc presentan un buen estado de limpieza, sin presencia de material vegetal, ni otros elementos permanentes u ocasionales sobre el mismo.

 

 

 

 

Las canaletas en asbesto a diferencia de las canaletas de zinc no presentan un buen estado de limpieza, puesto que se observa en ellas presencia de mugre y lama.

 

 

3.1.5. Almacenamiento del agua lluvia

 

Por su parte, el almacenamiento del agua lluvia se lleva a cabo en recipientes variados, tales como baldes de pequeña capacidad, galonetas, tanques de 500  y 1000 litros hasta pilas, tal como se muestra en las fotos a continuación.

 

 

 

 

La Figura 8 presenta diferentes envases plásticos utilizados para almacenar agua en las diferentes viviendas del Consejo Comunitario.

  

 

 

La Figura 9 presenta envases plásticos y de cemento utilizados para almacenar agua en las diferentes viviendas del Consejo Comunitario.

 

 

 

 

La figura 10 presenta una pila y un envase metálico para el almacenamiento del agua lluvia, los cuales son utilizados en las diferentes viviendas del Consejo Comunitario.

 

 

A pesar de que en la comunidad se cuenta con diferentes recipientes para el almacenamiento del agua lluvia, estos no son suficientes para tener agua en las viviendas por mucho tiempo, de acuerdo como se expresa en la siguiente tabla:

 

 

 

 

En la tabla anterior es explicito que la mayoría de las viviendas no presentan  capacidad de almacenar agua por más de una semana (70%), y tan sólo el 10% tienen capacidad de almacenar agua hasta dos semanas; de igual forma, hasta las semanas tres y cuatro sólo se presenta una capacidad de almacenamiento del 5% respectivamente; finalmente sólo el 10% de las viviendas tienen capacidad de almacenar agua por más de cuatro semanas y son exactamente el porcentaje de viviendas que tienen pilas, dado que merced a ello aumentan significativamente la capacidad de almacenar agua lluvia.

 

De acuerdo con lo anterior y teniendo en cuenta el número de personas promedio que habitan en las viviendas se presenta un consumo promedio de 30 litros diarios por persona; sin embargo, en algunas ocasiones se  excede este consumo por lo que el agua escasea entre los tres y cinco días.

 

Se destaca el hecho de que en todas las viviendas, el agua lluvia captada se utiliza para todos los usos domésticos (consumo directo, preparar alimentos, lavar ropa, asear la casa, otros usos), destacando que el 90% de las personas beben directamente el agua lluvia sin hervirla, además sólo el 15% aplica algún tratamiento diferente de hervir el agua lluvia, lo que deja ver que el tratamiento que se le hace es muy bajo.

 

La bebida directa y sin ningún tratamiento del agua lluvia ha ocasionado problemas de diarrea en el 40% de la población, destacando  que el 95% de ellos son niños y el 5% adultos, evidenciándose la necesidad del mejorar el aprovechamiento del agua lluvia.

 

Finalmente, es de destacar que en el 100% de las viviendas consideran que es necesario mejorar el sistema de captación del agua lluvia, y están de acuerdo en mejorar el sistema de captación del agua lluvia puesto que quieren evitar los riesgos asociados al consumo de agua sin ningún tratamiento y mejorar su calidad de vida.

 

 

3.2. Calidad del agua lluvia captada

 

Los resultados de la calidad del agua lluvia captada presenta los parámetros microbiológicos y fisicoquímicos, tal como se presenta a continuación:

               

3.2.1. Parámetros microbiológicos

 

El comportamiento de los parámetros microbiológicos, se ilustra en la siguiente tabla:

 

 

En la tabla 6 se observa que en el techo de zinc en los tres meses, no se evidencia presencia del parámetro Escheriachia Coli, los demás parámetros evaluados están presentes en todos los meses, en ambos tipos de techo. Se resalta que el techo de zinc tiene un mejor comportamiento que el techo de asbesto, en cuanto a ausencia  de microorganismos evaluados. Estos resultados indican claramente que la calidad del agua lluvia captada en la zona de estudio, en cuanto a parámetros microbiológicos se refiere, se cumple solo en forma parcial por las viviendas que captan agua lluvia con techos de zinc.

 

La presencia de coliformes totales en el agua lluvia estudiada, indica que existe contaminación por diferentes bacterias representando ello riesgo para la salud humana. Esta contaminación es muy generalizada debido a que puede ser humana, animal, de los suelos y otras fuentes; por lo que en nuestro caso de estudio puede obedecer a fuentes de origen animal (incluyendo, ratas, cucarachas y otros insectos) y ambientales dado que en la mayoría de las viviendas no se realiza limpieza de los elementos del sistema de captación del agua lluvia adecuado; además, los recipientes donde se almacena esta no tiene una adecuada protección con el medio exterior.

 

Por último, la presencia de Escheriachia Coli está relacionada directamente por la contaminación fecal de origen animal o humano, indicando ello que los techos de asbesto son más susceptible a este tipo de contaminación (reportó presencia) que los techos de zinc (no reportó presencia).

 

Respecto a los parámetros fisicoquímicos evaluados para el periodo de estudio, a continuación se presentan los resultados obtenidos.

 

 

 

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De acuerdo con la estadística descriptiva, los promedios obtenidos establecen que en los dos tipos de techos (zinc y asbesto) se cumple con los requerimientos exigidos por el decreto 1575 de 2007 y la resolución 2115 de 2007, a excepción de cloro residual.

 

 

Por su parte, de acuerdo al análisis de varianza (tabla 8a, b, c y d), se concluye que a un nivel de significancia del 5%, no hay diferencias significativas entre los parámetros físico-químicos evaluados en los dos tipos de techo: zinc y asbesto. Solamente hay diferencias significativas en los parámetros: pH, Nitritos y aluminio residual; de estos, el pH y Nitritos es más favorable en techos de asbesto, y el aluminio residual es más ventajoso en techo de zinc.

 

 

 

 

 

 

Es importante notar que de acuerdo al estadístico de Levene, el supuesto de homogeneidad de varianzas en los dos tipos de techo, para todos los parámetros físico-químicos se cumplen, la excepción son los parámetros: Nitrito y hierro total (ver tabla 9).

 

 

 

Los anteriores resultados indican que la calidad del agua lluvia captada por las viviendas de la comunidad los lagos, no cumple con los requerimientos mínimos de ausencia de microorganismos biológicos, pero si cumple la normatividad para todos los parámetros físico-químicos evaluados, sin importar el tipo de techo, su comportamiento es muy similar (no hay diferencias significativas). De esta forma, el agua captada en las viviendas con techo de zinc, tiende a presentar una mejor calidad dado que cumple con uno de los dos parámetros microbiológicos evaluados, es decir presenta ausencia de la bacteria Escherichia Coli.

 


 

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

 

Se recomienda que en las viviendas del Consejo Comunitario de la Comunidad Negra de Los Lagos estén dotadas de techos zinc dado que mantienen mucho más limpios que los techos de asbesto y la calidad del agua que se capta es mejor en los primeros.

 

El sistema de recolección de las aguas lluvias es deficiente dado que en la mayoría de las viviendas no contempla la aplicación que algún tratamiento para eliminar la contaminación por coliformes totales y fecales; por lo que se requiere identificar alternativas tecnológicas individuales que permitan darle tratamiento al agua captada.

 

Es importantes que se adopten políticas públicas conducentes a mejorar el aprovechamiento de agua lluvia en las comunidades rurales del pacífico colombiano dado que estás comunidades en su mayoría no tienen acceso al servicio público de acueducto y requieren una fuente segura para satisfacer sus necesidades relacionadas con el recurso hídrico.

 

Teniendo en cuenta que en las áreas rurales de la región pacífica la mayoría de las comunidades tienen el agua lluvia como su fuente principal de abastecimiento, es importante continuar investigando las mejores formas de aprovechar este recurso natural en óptimas condiciones de cumplimiento de la legislación nacional y minimización de riesgos para la salud.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

 

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  • DEPARTAMENTO NACIONAL DE ESTADISTICA (2013). Encuesta nacional de calidad de vida. Bogotá D.C. Recuperado de    https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/calidad_vida/cp_ECV_2012.pdf    Consultado 08 de octubre de 2014.
  • DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES). Documento CONPES 3491. Política de Estado para el Pacífico  Colombiano, Bogotá, 2007.
  • Duran, Diana (2011). Material de clases del módulo los problemas ambientales y sus perspectivas de solución. Curso I Planificación ambiental. Master en proyectos ambientales Instituto Latinoamericano de Ciencias. Huancayo, Perú. 54p. 
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  • Hurtado, Jacqueline. (2000). Metodología de la investigación holística. Edición 3ra. Servicios y proyecciones para América Latina, Instituto Universitario de Tecnología Caripito. Caracas, Venezuela. 628p. 
  • Hurtado, Jacqueline. (2002). El proyecto de investigación holística. Servicios y proyecciones para América Latina – Editorial Magisterio. Caracas, Venezuela. 52p. 
  • MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL; MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL. Resolución número 2115 de 2007. Por medio de la cual se señalan características, instrumentos básicos y frecuencias del sistema de control y vigilancia para la calidad del agua para consumo humano. Bogotá D.C. 23p. 
  • MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL. Decreto número 1575 de 2007. Por el cual se establece el Sistema para la Protección y Control de la Calidad del Agua para Consumo Humano. Bogotá D.C. 14p. 
  • ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. (2006). Guías para la calidad del agua potable: incluye el primer apéndice. Vol. 1: Recomendaciones. Tercera edición. Recurso electrónico: Link http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/gdwq3_es_fulll_lowsres.pdf 
  • OGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. (2010). Tecnologías apropiadas para el suministro de agua en situaciones de emergencia. Colombia. 68p. Recurso electrónico: Link: file:///D:/Downloads/tecnologiasAGUA.pdf 
  • Severiche S, Carlos A; Castillo B, Marlon E; Acevedo B, Leonor. (2013). Manual de métodos analíticos para la determinación de parámetros fisicoquímicos básicos en aguas. Fundación Universitaria Andaluza Inca Garcilaso. Cartagena de Indias, Colombia. 101p.

 


 

 

ANEXOS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

i Doctorando en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, Magister en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, Especialista en Gestión Ambiental, Administrador Ambiental (graduado como estudiante distinguido); Docente de la Universidad del Pacífico; Buenaventura, Colombia; e-mail: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.. ORCID: 0000-0002-6769-9202

 

ii Guhl (2007)  destaca que la precipitación media anual del planeta es de 900 mm, en Sur América de 1.600 mm y en Colombia es del orden de 3.000 mm, lo que hace que nuestro país tenga  casi el triple de la precipitación promedio del mundo. A pesar de que Colombia es un país con un alto promedio de lluvia, en la región pacífica llueve por lo menos el doble de esa precipitación.

 

iii De acuerdo con la Ley 70 de 1993, actualmente el Consejo Comunitario de la Comunidad Negra Los Lagos está tramitando ante el INCODER, su título colectivo del territorio, ya que cumplen con lo establecido en el artículo 1˚ de la ley en mención.

 

iv La empresa Hidropacífico E.S.P. S.A. es la empresa prestadora del servicio de acueducto en el distrito de Buenaventura y cuenta con un laboratorio certificado por el IDEAM.

 

v Los datos de precipitación corresponden a los resultados obtenidos entre los años 2009 y 2013 en la estación meteorológica que tiene el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales en el aeropuerto de Buenaventura, el cual está ubicado a una distancia aproximada de 1 Km. de la zona de estudio.

 


Para citar este artículo: Arboleda-Montaño, N. Diagnóstico del sistema de aprovechamiento del agua lluvia en el consejo comunitario de la comunidad negra de Los Lagos, Buenaventura. Revista Luna Azul, 43, x-x. Recuperado de http://200.21.104.25/lunazul/index.php?option=com_content&view=article&id=192

 

 


 

 

Este obra está bajo una Licencia de Creative Commons Reconocimiento CC BY   

EDITORIAL

LA CRISIS ECOLÓGICA GLOBAL: CONSIDERACIONES PRELIMINARES

 

Por: Natalia Agudelo Sepúlveda

Filósofa, MsC en Estudios Latinoamericanos, Estudiante de Doctorado en Ciencias Sociales

Universidad de Buenos Aires

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ORCID:0000-0001-8654-3644

 

Recibido el 5 de marzo de 2016, aprobado el 6 de abril de 2015 y actualizado el 10 de mayo de 2016

 

DOI: 10.17151/luaz.2016.43.1

 

“La crisis ecológica plantea cuestiones morales nuevas. Si éstas se piensan hasta el fondo, inevitablemente aparece un tercero en discordia: la política. Si no es posible –como creo- hablar de crisis ecológica sin hablar de capitalismo, entonces no cabe hablar de ética ecológica sin hablar de política emancipatoria”.

Jorge Riechmann

 Un mundo vulnerable

 

Prolegómenos de una extensa discusión inaplazable

 

 En el primer libro de su Trilogía de la autocontención, Jorge Riechmann afirma lo siguiente: “La ética ecológica se anuda a la ecología política. La “nueva” vulnerabilidad del mundo nos interpela no sólo como agentes morales, sino también como ciudadanos de una comunidad política”1. De manera clara el autor imprime los objetos de estudio de tales áreas de conocimiento. La narrativa de la ética ecológica analiza la humanidad como especie, procura universales mínimos a través de categorías normativas, interpela el antropocentrismo de las éticas no ecológicas, amplía las comunidades morales de los sujetos de derecho y enuncia la crisis ecológica global como la crisis de la contradicción entre límites de la capacidad de la biósfera y de la acción humana. La narrativa de la ecología política, en cambio, diferencia a la humanidad –y sobre la base de las asimetrías de poder- entre grupos, meridianos o naciones; procura volver a la relación de necesidad entre política y economía, interpelando los paradigmas epistemológicos de su escisión; enuncia a la crisis ecológica global como la agudización de las contradicciones propias del actual modo de producción, tanto desde sus bases históricas como desde sus nuevas estrategias y conocimientos vinculantes. Tal narrativa, además, interpela al biocentrismo de algunos pensamientos ecológicos “radicales” abrogándose para sí el lugar del antropocentrismo débil.

 

Ahora bien, quienes discurren dentro de la ética ecológica incluyen el factor político-económico dentro de su narrativa. Insisten en las relaciones de desigualdad global entre los seres humanos debido a las políticas macroeconómicas y advierten, tanto como lo hacen los ecologistas políticos, la necesidad de una transformación social, política y cultural radical del sistema económico, político y financiero actual. Sin embargo, su debate amplía el límite de la política, adhiriendo lo no humano a su concepción ética. Un factor de diferenciación estructural entre la ecología política, al menos la latinoamericana, y la ética ecológica, al menos la propuesta desde España, es el abordaje de la colonialidad, neocolonialidad y la historia ambiental2

 

Un grueso hilo común suaviza la tensión amigable entre estas dos áreas de reflexión: el capitalismo es, ante todo, el responsable de la crisis ecológica y de las múltiples variables que la reproducen. No obstante, no sólo interpretan al capitalismo como modo de producción, sino como paradigma de desarrollo3  basado en el progreso sin límites y en la acumulación a gran escala sobre la base de la hiperproducción y el hiperconsumo. Un paradigma que, lejos de considerar los límites propios de la biósfera o de la naturaleza, interpela -mediante el recurso tecnológico- los obstáculos que frenan las ganancias económicas esperadas, todo ello a costa del bienestar y la dignidad humana y no humana. 

 

La crisis ecológica global: una mirada desde le ética

 

No se trata aquí de establecer, bajo cuidado exegético, cuándo y quién alertó por primera vez sobre la crisis ecológica. Sí se trata, en cambio, de unir, como quien teje a retazos, páginas aisladas de autores específicos que han definido y caracterizado la tan nombrada crisis. Alerto, de antemano, que el ejercicio de revisión bibliográfica al respecto de la caracterización de la crisis ecológica muestra, en un primer momento, una polisemia en su uso. Alerto, además, que todos aquellos discursos que sobre la crisis ecológica tienen, tanto el capitalismo verde como los tecnócratas de la eco-eficiencia, no hacen parte del interés de esta corta reflexión, puesto que el criterio de oportunidad de ganancia o el de la externalización de los costos ambientales –como planificación político-económica basada en imperialismos biológicos o imperialismos tóxicos- no son, de ninguna manera, compromisos éticos o político-ecológicos. 

 

Nicolás Martín Sosa (1998) establece que la crisis ecológica es una crisis civilizatoria y agrega:

 

Nuestro sistema de vida está fuertemente impregnado de las características de nuestro modelo económico: desarrollista, basado en el optimismo tecnológico, en la creencia en un crecimiento ilimitado, y apoyado en una arrogante concepción antropocéntrica de las relaciones de los seres humanos con el medio. La crisis ecológica, de ámbito planetario y de trascendencia generacional, a la que ha conducido este modelo, obliga a su propio cuestionamiento, toda vez que, siendo responsable de la degradación del medio natural, sanciona al mismo tiempo la profunda desigualdad entre los pueblos de la Tierra, obligando a las poblaciones más empobrecidas a sobreexplotar recursos que luego son consumidos de manera irresponsable en nuestros mercados... pero sin que ellos salgan de la pobreza4.

 

Esta puede considerarse como una perspectiva ético-política, la cual relaciona intrínsecamente el impacto antropogénico al fenómeno vida con las estructuras de poder que establecieron pautas específicas de acción y planificación. Tales estructuras de poder generaron, no sin resistencia, la aplicación de un determinado modelo económico sobre la base de valores específicos. Ese es el caso de las nociones de desarrollo, progreso y crecimiento ilimitado, paradigmas que la modernidad occidental y el imperialismo tejieron con sangre, fuego y promesas de paz e igualdad en menoscabo de las soberanías y el derecho de autodeterminación de los pueblos. Además de ello, el autor considera dos importantes variables a la hora de pensar la crisis ecológica: su ámbito planetario y su trascendencia generacional. Si bien los impactos ecológicos al respecto de la humanidad son diferenciales y acusan altos grados de injusticia ambiental (hiperconsumo/hambruna), la consideración planetaria de la crisis revela una mirada no antropocéntrica del fenómeno. Sin embargo, la pauta de trascendencia generacional pone al autor en una de los retos más importantes para la política de nuestro tiempo: las generaciones futuras. Ese ha sido uno de los más significativos esfuerzos de quienes ingresan a los temas ecológicos desde el punto de vista de la ética: ¿cómo resolver los derechos de los no nacidos por venir? Esto genera un cambio epistemológico en la figura del futuro, no ya como realización máxima (progreso), ni como ideal utópico, sino como construcción permanente de apertura temporal sobre la base de la existencia del otro.

 

El problema de la desigualdad, no de los otros en tiempo sino de los otros en espacio, es también tomado en cuenta por el autor, asumiéndose él mismo como habitante del norte global. De esta manera, en la conjunción de todas estas características (y las demás que desarrolla en su obra), la crisis ecológica es una crisis de civilización debido a que fueron los valores de la civilización actual, la cual somete, disgrega y excluye otras cosmovisiones, la que agudizó velozmente todas las contradicciones indicadas.

 

Jorge Riechmann (2000), procura la misma definición: “Nuestro tiempo –el último medio siglo, para entendernos- es la era de la crisis ecológica global, y puede incluso conceptualizarse, en términos aún más amplios, como una era de crisis de civilización5. A este respecto, el autor explicita algunos de los problemas que, en términos de civilización, caracterizan la crisis de nuestro tiempo. A continuación resumiré, parafraseando, algunos de ellos: 1. Creciente alteración de la biósfera, degradación de muchos ecosistemas que socavan las bases materiales de la existencia humana, 2. Hecatombe de biodiversidad, 3. Uso o amenaza de uso militar de armas de destrucción masiva (nucleares, químicas, biológicas, “convencionales”), 4. Nuclearización civil y militar, 5. Ensanchamiento de las desigualdades sociales a escala mundial hasta extremos históricamente inauditos, 6. Extensión incontrolable de las ciudades, fundamentalmente en los países del sur del planeta, 7. Destrucción de culturas campesinas; desarraigo y aculturación de masas, 8. Subalimentación crónica de una sexta parte de la humanidad y persistencia de enfermedades evitables, 9. Pérdida del control de la gente sobre sus propias vidas, 10. Desempleo, subempleo y empleo precario, 11. Destrucción de los vínculos sociales, 12. Quiebra de los antiguos sistemas de valores6.

 

Riechmann ha analizado en todas sus producciones escritas los desafíos éticos de la crisis ecológica global al incursionar en los universos de la filosofía, la biología, la sociología, la psicología y la economía política. Su conceptualización frente a la crisis ecológica, por tanto, es bastante más amplia que la cita elegida. Resumir su obra, además de imposible, sería torpe. No obstante, son bastantes los puntos que se agregan a la conceptualización o caracterización de la crisis ecológica a través de este apartado.

 

Para empezar, el uso de la categoría biósfera y no de la noción de naturaleza indica un desprendimiento de los paradigmas filosóficos dualistas. Las implicaciones epistemológicas y ontológicas del dualismo hombre-naturaleza (o sociedad-naturaleza) son conocidas: concepción de la naturaleza como objeto bien de transformación, bien de dominación; separación de la especie humana del fenómeno vida comprendiéndose a sí misma como realización última del proceso evolutivo; base lingüística del paradigma falologocentrista, etc. En segunda instancia, la hecatombe de biodiversidad es descrita por él como empobrecimiento rapidísimo de la biósfera, específicamente en el último medio siglo. El dato temporal es escalofriante. Los impactos de origen antropogénico de los últimos doscientos años, y en particular, de los últimos cincuenta, dan razón a la consideración de establecer una atadura indisociable entre el sistema de acumulación vigente y los desastres ecológicos globales7. Las miradas sobre el problema de la biodiversidad son paradojales e indican una seria dificultad de análisis y proyección política. Enrique Leff, por ejemplo, sostiene lo siguiente:

 

La economía afirma el sentido del mundo en la producción; la naturaleza es cosificada, desnaturalizada de su complejidad ecológica y convertida en materia prima de un proceso económico; los recursos naturales se vuelven simples objetos para la explotación del capital. En la era de la economía ecologizada la naturaleza deja de ser un objeto del proceso de trabajo para ser codificada en términos del capital. Mas ello no le devuelve el ser a la naturaleza, sino que la transmuta en una forma del capital –capital natural– generalizando y ampliando las formas de valorización económica de la naturaleza (…) Hoy se promueve una explotación “conservacionista” de la naturaleza. La biodiversidad aparece no sólo como una multiplicidad de formas de vida, sino como zonas de reservas de naturaleza –territorios y hábitat de esa diversidad biológica y cultural–, que hoy están siendo valorizados por su riqueza genética, sus recursos ecoturísticos y su función como colectores de carbono8.

 

Tal explotación “conservacionista” de la naturaleza, como bien lo dice el autor, es una de las dinámicas que los poderes centrales utilizan, mediante el conocimiento científico, para la creación de bancos de datos genéticos y para las investigaciones relacionadas al uso de armas químicas y biotecnología, acompasadas, las más de las veces, con el robo de los conocimientos ancestrales de la población nativa. Sin embargo, esta lamentable herramienta no quita el énfasis que debe darse a la protección de la biodiversidad planetaria, fundamentalmente dentro de los diez países megadiversos del mundo9. Al respecto, Riechmann anuncia:

 

Los seres humanos de las sociedades industriales estamos exterminando especies animales y vegetales a un ritmo que multiplica entre doscientos mil veces el ritmo natural de desaparición de especies en tiempos prehumanos. Si la biósfera preindustrial contenía aproximadamente treinta millones de especies, la mitad de estas pueden haber desaparecido a mediados del siglo XXI. La gravedad de esta hecatombe de biodiversidad no puede sobreestimarse. La diversidad biológica es la cualidad que permite a los ecosistemas adaptarse a los cambios y reponerse después de las perturbaciones. Los ecosistemas más simplificados son los más vulnerables (tanto los ecosistemas naturales como los agroecosistemas). De manera que podemos considerar a la biodiversidad el seguro de vida de la vida.10

 

Los otros puntos tocados por Riechmann dentro de la caracterización de la crisis ecológica como una crisis civilizatoria son desarrollados por la mayoría de los autores de la ecología política. Indagaremos sobre otros elementos diseminados en la narrativa de este autor.

 

1.       La ecología es pensamiento de los límites

 

La ecología como pensamiento de los límites analiza las constricciones estructurales que para las acciones y los proyectos humanos se derivan de la finitud y vulnerabilidad de la biósfera, del carácter entrópico del universo y de las características orgánicas, psíquicas y sociales del ser humano (…) Podemos referirnos a tres límites fundamentales: 1. Nuestra dependencia de procesos termodinámicos y fisiológicos emplazados bajo el signo del deterioro entrópico; 2. La finitud de las fuentes de recursos naturales, y la limitada capacidad de los sumideros biosféricos para “reciclar” la contaminación; 3. La irreversibilidad de la pérdida de biodiversidad y de la destrucción de los ecosistemas11.

 

Hay aquí tres elementos esenciales para pensar la crisis ecológica: límite, finitud e irreversibilidad, los cuales contrastan fuertemente con las ideas falaces que son base del modo de producción actual: crecimiento ilimitado, recursos infinitos, optimismo tecnológico.

 

2.       Tecnociencia e implicaciones epistemológicas:

 

 “La respuesta a la pregunta “qué es la vida” no es la misma antes y después de que seamos capaces de crear nuevas especies en el laboratorio y en la fábrica; la respuesta a la pregunta “qué es el ser humano” no es la misma antes y después de que podamos borrarlo de la faz de la tierra”12. Este elemento no es menor. Y no por el hecho del sacrificio filosofal del cambio de pregunta ontológica, sino por las implicaciones jurídicas que tendría el posible escenario del cambio en la consideración de “persona” en niveles tan altos como la clonación. Nada se diría si ya no estamos en la faz de la tierra, pero la posibilidad de la extinción de nuestra especie –elemento profundo de la crisis ecológica- más que llevarnos al camino del existencialismo o el nihilismo, debe hacernos reflexionar sobre probables políticas de exterminio para disminuir la población mundial a un número sostenible. Más interesante aún: “lo que está en juego en la presente crisis ecológica no es la continuidad de la vida sobre el planeta tierra, sino la supervivencia de la especie humana y de los logros culturales que apreciamos”13. Así como las cianobacterias “contaminaron” el planeta con oxígeno, generando una de las mega-extinciones más importantes en la “historia” del planeta tierra y dando cabida a las expresiones actuales de la vida, el impacto antropogénico sobre la biósfera “simplemente” imposibilitará nuestra sobrevivencia, no la de la vida.

 

3.       “Dañar la biósfera es algo moralmente problemático”

 

“(…) de esa forma ponemos en peligro las oportunidades vitales, el bienestar e incluso la supervivencia de millones de seres humanos en el presente y en el futuro; pero también porque compartimos la biósfera con centenares de millones de seres vivos no humanos que son dignos de consideración moral por sí mismos”14. Específicamente dentro de la línea de la ética ecológica, se concibe a todos los seres vivos como dignos de consideración moral. Aquí la discusión se amplía notablemente puesto que es, al parecer y lastimosamente, una batalla argumentativa. Las más de las veces, cuando no se está de acuerdo con esta consideración moral, se apela a las diferencias de los humanos con los demás seres vivos, así que, ¿qué nos diferencia de los animales? No nos diferencia, en todo caso, ni la cultura, ni el uso de herramientas, ni la vida en comunidad, ni los vínculos emocionales profundos, ni la memoria, ni un sentido del tiempo, ni tampoco el uso de sistemas de comunicación complejos. En ellos, dirá Riechmann, existen rasgos relacionados con la simpatía, características relacionadas con las reglas, reciprocidad y sociabilidad positiva15. Las argumentaciones para la ampliación de la comunidad moral hacia los animales o, al menos, hacia los mamíferos superiores, supone un nuevo cambio de paradigma dentro del comportamiento humano y dentro del criterio del “otro” en general. Debe replantearse urgentemente la idea de explotación animal y la idea de modificación genética, esta última tanto por la consideración moral de aquellos como por los perjuicios a la salud humana de tal impacto. Esto no quiere decir, en ningún caso, que no deba atacarse la explotación del hombre por el hombre, ni la idea de modificación genética en la especie humana, ni las desigualdades estructurales al respecto de las asimetrías de poder dentro del imperialismo global. Son dos trincheras dentro de las mismas categorías morales. Lo que sí nos diferencia a los seres humanos de las demás especies (dejando de lado las cianobacterias) es que somos “destructores de mundos”.

 

4.       La crisis ecológica es global porque tiene dimensiones planetarias. Además, es una crisis cuya causa son los seres humanos

 

Si hoy la biósfera está amenazada es por lo que en el pasado hemos hecho o dejado de hacer, por lo que ahora estamos haciendo y dejando de hacer. Tal circunstancia es singular: ninguna otra especie viva ha tenido antes el poder de modificación de la biósfera que nosotros tenemos”16. Lejos de que esta reflexión no suponga la agudización de la crisis ecológica debido al capitalismo y sus implicaciones humanas, ésta supone la punta de lanza de la ética ecológica riechmaniana: autolimitación, autocontención, responsabilidad17. Además de ello supone comprendernos como responsables por acción u omisión, punto que parece no querer ser tratado por aquellos que anticipan con el prefijo “eco” “desarrollos económicos alternativos” sin adentrarse a confrontar, seriamente, el productivismo, los sistemas industriales y el desarrollo tecnológico18. Sin embargo, y como punto de debate, la consideración de los tipos de responsabilidades debe ser base estructural de la discusión, así como también las muchas formas de resistencia.

 

Se podrían seguir citando elementos constituyentes de la crisis ecológica global desde la mirada de la ética ecológica. Debido a un problema de extensión seguiremos nuestra tarea con otros autores, no sin antes advertir –sin ahondar- tres elementos de gran importancia para pensar la crisis ecológica, la ética ecológica y la ecología política, todos ellos elaborados y analizados de manera profunda por el autor: antropología de la perfección; tecnoentusiasmo; principio de precaución. Vale la pena tener en cuenta estos elementos para un análisis contemporáneo de los temas ecológicos y su relación con la economía, la ciencia, la tecnología y el derecho.

 

Boaventura de Sousa Santos también define a la crisis ecológica como crisis civilizatoria, además de ello, agrega otras variables para su comprensión, las cuales –también- han sido esbozadas por los dos autores mencionados anteriormente. Dice el autor:

 

(…) en el umbral del siglo XXI, el desarrollo capitalista toca la capacidad límite del planeta Tierra. En los últimos meses, varios records de riesgo climático fueron batidos (…) y los fenómenos climáticos extremos se repiten con cada vez mayor frecuencia y gravedad. Ahí están las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la creciente escasez de agua potable, el desvío de terrenos destinados a la agricultura para desarrollar agrocombustibles, la deforestación de bosques. Paulatinamente, se va constatando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, al final, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria. Todo está vinculado: la crisis alimentaria, la crisis ambiental, la crisis energética, la especulación financiera sobre los ‘commodities’ y los recursos naturales, la apropiación y la concentración de tierras, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y la privatización del agua, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para abrir camino a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por un medio ambiente degradado, dramáticamente evidentes en la mayor incidencia del cáncer en ciertas zonas rurales, los organismos genéticamente modificados, los consumos de agrotóxicos, etcétera.19

 

La crisis ecológica indica la existencia de factores articulados y es, en suma, la conjunción –por causa o por efecto- de otras crisis. Es ésta ecológica, y no económica, en el sentido de que estamos tocando los límites propios del planeta tierra a través de mecanismos propios de las sociedades industrializadas intensivas. Habitamos un planeta finito y lo vemos como infinito. El indicador de “huella ecológica” lo demuestra a rajatabla. Y como es finito y los recursos son escasos (y para algunos), hay un factor de desigualdad presente, además de un factor de exclusión, de marginación, de discriminación, de explotación. La existencia de las sociedades opulentas se debe a la existencia de sociedades empobrecidas. El mito del desarrollo y la prosperidad humana se evidencia mucho más cuando se establece la capacidad limitada del planeta, ello nos lleva a considerar otros problemas ecológico-políticos o económico-ecológicos de gran envergadura: ¿sobrepoblación o hiperconsumo?; niveles de humanidad y niveles de derecho; políticas de conservación y áreas protegidas dentro del Sur global en contraste con políticas del despilfarro dentro del Norte global, etc.

 

Ahora bien, este autor da un elemento importante para la discusión de la crisis ecológica global: desplazamiento poblacional nativo por megaproyectos. Este es el caso de las responsabilidades actuales y porvenir del Sur global. Megaproyectos como el IIRSA20 son un ejemplo catastrófico de ello. Este conjunto de megaproyectos puede leerse desde una estrategia imperialista donde no solamente está en juego el ordenamiento territorial latinoamericano sobre la base del desarrollo económico y el “progreso” de la región, sino también como un dispositivo de control militar del surcontinente (las siete bases militares estadounidenses en Colombia son prueba de ello). Se dispone entonces el establecimiento de un socio comercial cercano geográficamente, el cual -dicho sea de paso-, le provee un altísimo porcentaje de los minerales que requiere para su tecnología militar. Sin embargo, el IIRSA es visto por los gobiernos latinoamericanos progresistas como una oportunidad de desarrollo regional. En palabras de Maristella Svampa:

 

(…) otro de los datos más destacados es la expansión vertiginosa del modelo extractivo-exportador y los grandes proyectos de infraestructura de la cartera del IIRSA, los cuales han disparado una “ilusión desarrollista” en la región, habida cuenta que, a diferencia de los años noventa, las economías latinoamericanas se han visto enormemente favorecidas por los altos precios internacionales de los productos primarios (…) En este sentido, la actual dinámica del capital, en su fase de acumulación por desposesión, tiende a promover el retorno en fuerza de una política neodesarrollista, en sus diferentes versiones: neoliberales-conservadores; izquierdas nacional-popular o izquierdas productivistas. Más simple, en esta coyuntura favorable, no son pocos los gobiernos latinoamericanos que han aceptado acríticamente los modelos de desarrollo hegemónicos, o sencillamente tienden a escamotear las discusiones de fondo acerca de su carácter expoliatorio y de su impacto socio-ambiental.21

 

Esta “ilusión desarrollista” representa, según Svampa, diferentes dilemas y contradicciones dentro de la concepción de las “transformaciones” contemporáneas suramericanas de los países progresistas. También implica la concepción de la naturaleza como recurso inagotable, sentando las bases nuevamente de la ideología del progreso. “La obsesión por el desarrollo, no sólo ha sido una temática recurrente del pensamiento social latinoamericano, sino uno de los “conceptos límite” que ha diseñado un horizonte desde el cual pensar la sociedad y definir la relación entre economía, sociedad y política”22.

 

Para terminar, las políticas de desarrollo en América Latina, están correspondiendo a las características propias de la fase del capitalismo actual de “acumulación por desposesión”23, dejando en el centro del debate desarrollista el impacto ecológico y los costos humanos. Por ello, deberíamos analizar por qué, justamente en el contexto de la denuncia de la crisis ecológica, se inicia una agudización de sus condiciones de existencia y, muy importante, con el “aval” de gobiernos que son reconocidos como agentes críticos del capitalismo neoliberal, lo cual evidencia, fundamentalmente, los grados de poder real del capitalismo actual y la imposibilidad de negociación y soberanía en la esfera económica por parte de nuevos procesos políticos, los cuales están siendo las nuevas víctimas de los planes de ordenamiento económico global a través de desestabilizaciones, golpes blandos, etc. Al fin y al cabo, las crisis del capitalismo (que nos resuenan en el oído) se acompasan con la producción de pobrezas masivas, formas de control territorial y humano, exclusión, prácticas genocidas y ecocidios.

 


 

 

BIBLIOGRAFÍA REFERENCIADA

 

·         ALIMONDA, Héctor. La colonialidad de la naturaleza. Una aproximación a la ecología política latinoamericana. En: ALIMONDA, Héctor (coord.) La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina. Buenos Aires: CLACSO, 2011.

 

·         CECEÑA, Ana Esther; AGUILAR, Paula y MOTTO, Carlos. Territorialidad de la dominación. Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). Observatorio geopolítico de geopolítica, 2007.

 

·         DE SOUSA SANTOS, Boaventura. Diario Página 12. Argentina. Lunes 10 de febrero de 2014.

 

·         ESCOBAR, Arturo. Ecología política de la globalidad y la diferencia. En: ALIMONDA, Héctor (coord.) La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina. Buenos Aires: CLACSO, 2011.

 

·         HARVEY, David. El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión. En: PANITCH, Leo y LATOUR, Bruno. Políticas da Natureza (Bauru: EDUSC), 2004.

 

·         LEFF, Enrique. Racionalidad ambiental: la reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI, 2004.

 

·         MARTÍN SOSA, Nicolás. El qué y el para qué de una ética ecológica. España: Centro Nacional de Educación Ambiental, 1998.

 

·         RIECHMANN, Jorge. Un mundo vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia. España: Catarata, 2000.

 

·         RIECHMANN. Todos los animales somos hermanos. Ensayos sobre el lugar de los animales en las sociedades industrializadas. España: Catarata, 2005.

 

·         SVAMPA, Maristella. Modelos de desarrollo, cuestión ambiental y giro ecoterritorial. En: ALIMONDA, Héctor (coord.) La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina. Buenos Aires: CLACSO, 2011.

  


 

  

1.   RIECHMANN, Jorge. Un mundo vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia. España: Catarata. 2000, p. 18.

 

2.       ALIMONDA, Héctor. La colonialidad de la naturaleza. Una aproximación a la ecología política latinoamericana. En: ALIMONDA, Héctor (coord). La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina. Buenos Aires: CLACSO, 2011.

 

3.     ESCOBAR, Arturo. Ecología política de la globalidad y la diferencia. En: ALIMONDA, Héctor. Ibíd. p. 61-92.

 

4.      MARTÍN SOSA, Nicolás. El qué y el para qué de una ética ecológica. España: Centro Nacional de Educación Ambiental. 1998. pp. 3.

 

5.       RIECHMANN, Jorge (2000). Op cit. p. 98.

 

6.       Ibíd. p. 98.

 

7.   “Desde mediados del siglo XX, los poderes de destrucción y creación del ser humano parecen haberse potenciado al infinito: estamos alterando desde la estructura genética de los seres vivos hasta los grandes ciclos biogeoquímicos del planeta, lo cual representa una situación histórica realmente nueva. El ser humano de las sociedades industriales constituye “una fuerza geológica planetaria”, como afirmaba uno de los fundadores de la ciencia ecológica, Vladimir Vernadsky”. RIECHMANN, Jorge (2000). Ibíd p. 111.

 

8.    LEFF, Enrique. Racionalidad ambiental: la reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI. 2004, p. 112.

 

9.      Analizar los contextos sociopolíticos de los países megadiversos sería tema de otro artículo. El caso colombiano, para hablar de uno de los contextos de crisis socio-política más aguda de la región, es emblemático.

 

10.   RIECHMANN, Jorge (2000). Op, cit. p. 112.

 

11.   RIECHMANN, Jorge (2000). Ibíd., p. 50.

 

12.   RIECHMANN, Jorge (2000). Ibíd., 115.

 

13.   RIECHMANN, Jorge (2000). Ibíd., 123.

 

14.   RIECHMANN, Jorge (2000). Ibíd., 123.

 

15.   Confróntese con: RIECHMANN, Jorge. Todos los animales somos hermanos. Ensayos sobre el lugar de los animales en las sociedades industrializadas. España: Catarata, 2005.

 

16.   RIECHMANN, Jorge (2000). Op, cit. p. 136. Las negrillas son mías.

 

17.   Estos tres principios están elaborados en toda su obra.

 

18.   A mi modo de ver, las corrientes eco-marxistas (y no los lectores de Marx, muchísimos de ellos grandes ecólogos) o eco-socialistas se han dado a la tarea de atrincherarse en las grandes obras de Marx para desde allí, exegéticamente, encontrar a un Marx ecológico. Desde esa trinchera critican ferozmente tanto la ecología política como las éticas ecológicas, sólo porque parten del hecho que la superación del marxismo, al respecto –claro está- de la concepción de naturaleza y del desarrollo de las fuerzas productivas o la idea de progreso implica no tenerlo en cuenta en lo absoluto.

 

19. DE SOUSA SANTOS, Boaventura. Derechos humanos, democracia y desarrollo. Bogotá: Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, 2014. pp 69-70.

 

20.   Confróntese con CECEÑA, Ana Esther; AGUILAR, Paula; MOTTO, Carlos. Territorialidad de la dominación. Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). Observatorio Latinoamericano de geopolítica. 2007.

 

21. SVAMPA, Maristella. Modelos de desarrollo, cuestión ambiental y giro ecoterritorial. En: ALIMONDA, Héctor. Op cit. p. 182.

 

22.   Ibíd., p. 186.

 

23.  HARVEY, David. El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión. En: Panitch, Leo y Latour, Bruno Políticas da Natureza (Bauru: EDUSC). 2004.

 


  

Para citar este artículo: Agudelo-Sepúlveda, N. (2016). La crisis ecológica global: consideraciones preliminares (editorial). Revista Luna Azul, 43, x-x. Recuperado de http://200.21.104.25/lunazul/index.php?option=com_content&view=article&id=190

 


 

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